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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 128

MANUEL ROLANDI SÁNCHEZ-SOLIS Cañoneros destinados a la Marina de Guerra española en su fase de construcción en astilleros norteamericanos. las islas frente a posibles «flotas de combate» enemigas), para proteger eficazmente el complejo litoral cubano lo que necesitaba de veras era una fuerza ligera de vapor suficientemente numerosa. Para ello utilizó todas las unidades de las fuerzas sutiles del apostadero disponibles (una corbeta, diez vapores de guerra de 2.ª y 3.ª clase, seis goletas y bergantines-goletas, tres trasportes de guerra y tres pequeños cañoneros de menos de 200 toneladas de desplazamiento), a las que durante los cuatro años ulteriores (1869-1872) se fueron uniendo una treintena de nuevos cañoneros, todos ellos con casco de madera, máquinas de vapor que les proporcionaban una fuerza de 40 caballos nominales y 137 indicados, y un cañón Parrot de 13 cm a proa y sobre una plataforma giratoria. Construidos en diferentes astilleros norteamericanos (18) entre mayo de 1869 y enero de 1870, habían sido diseñados por el prestigioso ingeniero norteamericano john Ericsson —a quien el gobierno español galardonaría con la encomienda de Isabel la Católica— y todos ellos se amoldaban perfectamente a las cuatro condiciones impuestas por el contralmirante Malcampo, pues eran capaces: 1, «de alojar cómodamente una dotación de 40 hombres, con un mes de víveres, agua y (18) C&R. Poillon de Brooklyn, Nueva york, Thomas Stack de Williamsburg, y Caharles Mallory, Hill & Grinel y Georges Greeman & CS, de Mystic Conneticut. 50 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 128


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