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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 128

CARMEN MARTÍNEZ MARTÍN Tricio, siempre con objeto de trasladarse a la Rioja para atender sus bienes. Argumentaba que había consumido su tiempo en Madrid, sin haber podido ir a la Rioja, donde tenía sus propiedades en manos de administradores, y sin parientes en los pueblos. En marzo escribía que había dejado abandonada su casa, con notorio perjuicio de sus intereses, y que «el mismo deseo de servir al rey y a la patria» le habían hecho sordo «a los justos clamores de la sangre, apasionados que deseaban mi retiro para asegurar la posesión de los vínculos en mi línea, que ya consiste en mí solamente» (54). Retiro en Tricio (1803-1820) Concluida la fase más radical de la Revolución, Godoy firmó la primera alianza hispanofrancesa: el tratado de San Ildefonso (18 de agosto de 1796), lo que de rechazo enfrentaba a España con Gran Bretaña, principal adversario de la Francia revolucionaria y tradicional rival de la monarquía hispana por la hegemonía marítima. Como se recordará, tras la caída de Godoy y el destronamiento de Carlos IV comenzó una convulsa etapa de enfrentamientos entre las tropas francesas y la población civil, sobre todo tras la represión brutal de los franceses en Madrid el 2 de mayo de 1808. De esos años sabemos que, el 14 de mayo de 1803, los quebrantos de salud mueven a Ignacio Marrón a pedir desde Madrid que, con el sueldo íntegro de capitán de fragata, se le permita retirarse a la provincia de La Rioja, su patria, merced que Carlos IV le concederá por real orden de 29 del mismo mes y año. ya en su retiro riojano, y a una edad avanzada —como sucedió con su hermano—, obtuvo licencia para casar en Anguiano (el 11 de agosto de 1805) con su sobrina M.ª Antonia Santa Cruz Marrón (55). La novia debía acreditar su hidalguía por ambas líneas, según los requisitos del reglamento del Monte Pío Militar. Las reales pragmáticas incluían la fe de bautismo de ambos contrayentes. Asimismo fue comunicado al consejo de la Orden Militar de Santiago, dada su condición de caballero de ella desde 1786, como consta por carta de este último (56). Para todo ello, presentó expediente el procurador síndico general de la villa de Anguiano, de donde era natural la novia. Entre los documentos del legajo figura una certificación de josé Benito Gómez, cura párroco de San Andrés en la mencionada villa, que incluye un interrogatorio para acreditar sus vínculos familiares. Así, sabemos que era soltera, que tenía veinticinco años y que sus padres eran josé Antonio Santacruz y Maceta, natural de (54) Ibídem, carta al príncipe de la Paz. Tricio, 26 de noviembre de 1802 y 12 de marzo de 1803. (55) Archivo Parroquial, libro de casamientos IV, f. 318. (56) AHN, OM-Casamiento, Santiago, apénd. 180. Francisco Diz, caballero pensionista de la Real Orden de Carlos III, coronel de Infantería del Consejo de S.M. y Secretario en el Supremo de la Guerra, certifica la acreditación recogida en los reglamentos. Madrid, 27 de mayo de 1805. El expediente militar se encuentra en AGMSE. 74 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 128


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