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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 128

PRESENTACIóN DEL VOLUMEN IV DE LA BATALLA DEL MAR OCÉANO y HOMENAjE AL ALMIRANTE jOSE IGNACIO GONZÁLEZ-ALLER HIERRO juan VAN-HALEN ACEDO Historiador COMO no podía ser de otra manera, mis palabras deben iniciarse con una expresión de gratitud al almirante-director del órgano de Historia y Cultura Naval, josé Antonio González Carrión, y a la Armada española por su invitación para intervenir en este acto sin mérito por mi parte, a no ser que se considere meritorio mi amor a la Armada, que se debe a lo que un poeta, Manuel Alcántara —para mí, un clásico vivo—, llamó «la cultura de la sangre». y es que entre los añejos legajos de El Viso del Marqués se custodia documentación de dieciséis miembros de la familia Van Halen que sirvieron en la Real Armada. Los tres representantes varones de la primera generación de mi linaje que nació en España —mediados del siglo XVIII— ingresaron ya en el Colegio Naval, y desde entonces hasta mi abuelo no ha faltado un Van Halen que, en línea masculina o femenina, sirviese en los navíos de Su Majestad. Por su varia presencia en el Museo Naval, no quiero dejar de citar, entre estos marinos de la familia, al alférez de fragata juan Van Halen y Sarti, uno de los cuatro oficiales de la Armada que intervinieron en el Dos de Mayo, por cierto desobedeciendo las órdenes de sus superiores. Estaba destinado en la corte a las órdenes del ingeniero general de Marina, después de sus destinos como guardiamarina en la fragata Anfitrite, el navío América y la fragata Magdalena, en la que fue subrigadier de guardiamarinas al tiempo de la batalla de Trafalgar. ya como alférez de fragata sirvió en el navío Príncipe. Siendo alférez de navío pasó a la caballería y llegó a mariscal de campo en España, a teniente general en Bélgica —donde fue jefe militar de la independencia de aquel país— y a mayor general en el Ejército Imperial de Rusia. A las donaciones que mi predecesor hizo en vida al Museo Naval (un retrato, un sable y un yatagán tártaro), yo uní su busto, debido al escultor real de Bélgica Guillermo Geefs, precisamente a sugerencia del almirante González- Aller. Una copia de esta escultura puede contemplarse en el parque del Retiro, pero la original, que el primer rey de los belgas, Leopoldo I, regaló al general Van Halen, se conserva en el Museo. Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 9


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