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MEMORIAL DE CABALLERIA 73

Varios Noticias del Arma Orgánica y Materiales Empleo Táctico y Operaciones Historia 158 LOS CABALLOS EN EL ARMA cabezada- así como la silla y los protectores de grupa, son de color plata. De estos mismos tonos, negro y plata, viste el niño, con banda de general. Su mano izquierda coge las bridas mientras que apoya la derecha en la cadera en un gesto de gallardía. Aunque se habla de jaca, no creemos que, para retratar al príncipe, se utilizaran tales, sino caballos enteros, para lucir al caballo y demostrar su valía en la monta. Además, el caballo español pierde elegancia, prestancia, si se castra6. Baltasar Carlos fue siempre muy aficionado a estas artes, así se desprende de una carta enviada por doña Inés de Zúñiga, aya suya y esposa de Olivares, a la condesa de Monterrey, a la sazón su cuñada: “Sus Magestades estan muy buenos y Su A. Dios le guarde esta enamoradisimo del hombre armado que es perdido por soldadesca y por cauallos que no me guelgo yo poco”7. Se conservan retratos donde aparece el valido de Felipe IV a lomos de preciosos caballos de pura raza, dando muestras de sus dotes de jinete de las cuales, al parecer, se jactaba8. Aunque Gaspar de Crayer, pintor flamenco, le retrató en varias ocasiones, los cuadros más famosos llegados a nosotros son los salidos del pincel de Velázquez y sus amigos. El primero de ellos se encuentra en el Museo del Prado (P-1181, L. 313 x 239). A lomos de un pura sangre español castaño claro encendido, don Gaspar de Guzmán avanza hacia una supuesta batalla representada al fondo donde se aprecia una carga de caballería e, incluso, caballos muertos. Da la sensación de que persiguen a tropas de infantería, muy próximos a la explotación del éxito. Tanto de la posición del caballo como de la de Olivares, se desprende la fuerza de éste: en corveta; la cabeza muy recogida, muy sometida a la mano, pero, por otra parte, cómodo puesto que la boca está llena de saliva, trabajando a gusto con el hierro. El valido aparece sobre montura portuguesa con media armadura, banda y bengala de capitán general; los arreos del animal, pintado en un magnífico escorzo, son de gala. Diego de Velázquez: “El conde-duque de Olivares, a caballo”. Museo del Prado, Madrid. Alonso Cano: “Retrato ecuestre del conde-duque de Olivares”. Metropolitan Museum, Nueva York. 6 Ver Agüera Carmona, E.: “La conformación morfológica y otros aspectos ecuestres de los caballos de Ve-lázquez”, en “Velázquez (1599-1999). Visiones y revisiones: actas de las I Jornadas de Historia del Arte”, Córdoba, 1999, p. 208. 7 ADA. C. 70 nº 1 Carta a la condesa de Monterrey, fechada en Madrid a 14 de junio de 1633. 8 Elliott, J.H.: “El conde-duque de Olivares”, Barcelona, 1990, p. 289.


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