Page 105

EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL JUNIO 2016

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 903 JUNIO • 2016  105  Quede en opinión del lector de estas líneas, que no pretenden ser un estudio riguroso, juzgar si la afirmación que ha dado origen a este artículo es cierta o no. Breve esbozo de las campañas de Italia del Gran Capitán Para situarnos en la complejidad de la guerra de comienzos del siglo xvi veremos de manera muy somera la participación de Gonzalo Fernández de Córdoba en las campañas italianas. Las aspiraciones francesas sobre el reino de Nápoles decidieron a los Reyes Católicos a enviar un cuerpo expedicionario en apoyo del rey Fernando II. La impaciencia del monarca napolitano llevó a plantar batalla a un ejército francés superior en número y en calidad, y fue vencido el ejército hispano-napolitano en la batalla de Seminara (21 de junio de 1495). Irónicamente, sería esta derrota la que permitiría a Gonzalo hacer la guerra a su manera, evitando las grandes batallas y combatiendo sin interferencias de los nobles de la corte italiana. Aquí consiguió Gonzalo su apodo de Gran Capitán, cuando los propios soldados napolitanos observaron que era él, y no los cortesanos ni el rey, quien marcaba el ritmo de las operaciones. Gracias a pequeñas acciones, y a combatir solo cuando conviene a los aliados, se logra el dominio de la campiña napolitana y, finalmente, el 1 de julio de 1496 se obtiene la victoria de Atella sobre los franceses, que lleva en el mes de febrero del año siguiente a firmar la tregua de Lyon. No será hasta 1498 cuando Gonzalo regresa a España aunque por poco tiempo, ya que en 1500 vuelve a Italia (con el paréntesis de la conquista de Cefalonia) para el reparto del reino de Nápoles, gracias al tratado de Granada. Como era de esperar, los aliados de circunstancia, Francia y España, terminan por entrar en guerra, que culmina con una de las batallas modelo de la historia, Ceriñola, en 1503, y deja el reino de Nápoles bajo dominio español. Esta victoria será refrendada por la de Garellano a finales del mismo año y comienzos del siguiente. Organización de las unidades La principal reforma organizativa llevada a cabo por Gonzalo fue la creación de la coronelía, antecesora de los famosos tercios, y deja atrás las huestes medievales. Estaba compuesta por 12 capitanías (compañías) de 500 hombres cada una) de las cuales 10 estaban integradas por 200 piqueros, 200 rodeleros y 100 tiradores (armas de fuego) y las otras dos por 500 piqueros. Completaban la coronelía dos escuadrones, uno con 300 hombres de armas (caballería pesada a la usanza medieval) y otros con 300 jinetes (caballería ligera). Mandada por un coronel, era bastante infrecuente que la plantilla estuviera al completo, ya fuera por enfermedades, deserciones (que no tenían el mismo sentido delictivo de hoy en día) o los avatares de los combates. La influencia romana es innegable en esta composición, donde se combinan los combatientes preparados para el cuerpo a cuerpo (rodeleros, que se introducen entre las filas de piqueros enemigos), para detener a la caballería (los piqueros), y los tiradores para combatir a distancia. Busto de don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL JUNIO 2016
To see the actual publication please follow the link above