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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL JUNIO 2016

instalaciones básicas para el mantenimiento de las aeronaves y preparación de los vuelos, personal de apoyo…, todo se fue gestando en años anteriores, hasta que en 1965 se creó la Unidad de Aviación Ligera para la División Acorazada Brunete n.º 1, por Instrucción General 165/142, de fecha 10 de julio de 1965. El nuevo concepto de los años cincuenta de «división pentómica», importado del US ARMY, que contaba dentro de sus capacidades con una «unidad de aviación ligera», se materializó en el Ejército de Tierra español con la llegada de material de ayuda americana (AYAM) dentro de los acuerdos bilaterales de defensa mutua suscritos en el año 1953. Se recibieron en el año 1958, además de aviones de observación, dos helicópteros Sikorsky H-19D-4 Chickasaw y dos Hiller OH-23C Raven. Estas primeras aeronaves de ala fija y rotatoria fueron entregadas en usufructo al Ejército del Aire y fueron emplazadas en la ya extinta Base de Alcalá de Henares. Para solventar la carencia de personal con formación y experiencia aeronáutica en el ejército, en 1959 se trasladaron a Estados Unidos algunos oficiales para realizar cursos de pilotaje tanto de ala fija como rotatoria, entre ellos el entonces capitán don José Luis Urquijo Chacón, que posteriormente fue designado primer jefe de la Unidad 68  REVISTA EJÉRCITO • N. 903 JUNIO • 2016 de Aviación Ligera de la DAC n.º 1, y ya en 1961, una vez creada la Escuela de Helicópteros del Ejército del Aire en Cuatro Vientos, el primer curso de piloto de helicópteros para oficiales del Ejército de Tierra. No fue hasta 1965 cuando se desarrolló el primer curso para mecánicos. Cuando se crea, la Unidad de Aviación Ligera apenas cuenta con 150 hombres, dos decenas de vehículos de todo tipo (excepto cisternas para el repostaje de los helicópteros, lo que supuso un condicionante esencial durante las primeras operaciones aéreas) y, todavía en plantilla en ese momento, nueve helicópteros de reconocimiento y seis helicópteros de transporte. En cuanto a las instalaciones, se eligió como emplazamiento inicial la dehesa de San Pedro, en Colmenar Viejo, en las cercanías de la ermita de la Virgen de Los Remedios, de la que tomará el nombre la Base de Los Remedios. Después de todos estos años, esa base primigenia sigue activa y es actualmente la Base Coronel Maté. En aquella época contaban con un par de barracones metálicos (alguno probablemente todavía activo entre los que se encuentran actualmente en la base), otro de madera y una tienda cónica para la guardia. Para el aparcamiento de helicópteros se optó, en principio, por la propia dehesa, que se encontraba plagada de cardos que tuvieron Helicóptero Chickasaw. Un pionero


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