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REVISTA HISTORIA MILITAR 119

116 LUCAS CANTERAS ZUBIETA Para Charles J. Esdaile, “el general estaba soñando ya con llegar a la importante ciudad de Alhucemas” cuando volvió de Madrid61. La opinión de Madariaga es que “cuando Silvestre llegó a Melilla, llevaba en la mente un objetivo bien definido: la conquista de Alhucemas”, y que estaba “obsesionado” con “ser él solo quien primero llegara”62. Pero ¿era Alhucemas la excentricidad de un general carismático? La hipótesis de este trabajo es que no; que era, más bien, un sueño compartido, un horizonte táctico anhelado por todos. Alhucemas había estado en el punto de mira de las operaciones militares sobre el Protectorado desde los primeros días. Ya Luque había previsto un desembarco para el 11 de octubre de 1911; también Gómez Jordana, cuando era comandante general de Melilla, trazó un plan semejante en el verano de 1913. Aizpuru, por su parte, dirigía su campaña por tierra en aquella dirección. De hecho, recordemos que Berenguer llegó a decir a Silvestre que, una vez tomada Taffersit, Aizpuru tendría “el gusto de plantear contigo el asunto de Alhucemas”. El teniente coronel Lamela, por su parte, escribió en julio de 1920, en su Informe del Negociado de Marruecos sobre la Situación del Rif, que Alhucemas, cuyas operaciones iban con retraso, había de convertirse en “el verdadero centro y base militar de la zona del Rif”63. Eza hizo similares afirmaciones tras su viaje de 192064. No parecían estos militares muy impresionados por la tarea de llegar a Alhucemas. En su carta del día 26 de enero, Silvestre se mostraba prudente ante Berenguer y le avisaba de que era imprescindible construir caminos que mejoraran las comunicaciones en el Rif, “pues son el camino de penetración para ir a Alhucemas y tenemos que prepararnos con tiempo”65. Berenguer parecía, curiosamente, más animado, porque en carta del 4 de febrero a Eza aventuraba que “después de ocupada Alhucemas y reducida Beni-Arós, lo que los avances del pasado año permiten abordar para plazo próximo, nos colocará en condiciones de no tener impaciencias por el resto del problema”66. Cuando Silvestre envió el “Plan político-militar a realizar sobre Alhucemas” (10 de marzo), expuso sus impresiones acerca de la zona. Hablaba de la situación política, de sus ideas para transformarla y mejorarla de modo que se pudiera, “sin recurrir a combates cruentos en demasía y sin apremios de tiempo, pero sin transcurrir largo lapso”. El título de su plan 61  ESDAILE, Charles J.: op. cit., p. 248. 62  MADARIAGA, María Rosa: op. cit., pp. 137 y 146. 63  MARICHALAR Y MONREAL, Luis: op. cit., p. 106. 64  Ibídem, p. 73. 65  AGMM, Fondo de Marruecos, Legado “Fernández Silvestre”, caja 1524, carpeta 14. 66  MARICHALAR Y MONREAL, Luis: op. cit., pp. 206-207. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 116-132. ISSN: 0482-5748


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