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122 LUCAS CANTERAS ZUBIETA B y C. El día 7 de junio se tomó también Igueriben, pero no la Loma de los Árboles, cuya importancia no se percibió en el momento pero que, de alguna forma, podríamos decir que costó un ejército. El día 4 Berenguer citó a Silvestre en Sidi Dris para mantener una conversación en el Princesa de Asturias, sobre la que se ha escrito mucho pero para cuyo juicio carecemos aquí de documentación. En esa conferencia se concluyó que era necesario aguardar, hacerse fuertes en Annual, no dar un paso en adelante. Se telegrafió a Eza. De parte de Silvestre se dijo: “Comandante General considera situación restablecida en el frente de Tensaman y algo oscura en Beni Taaban y Tafersit”. Precisaba que “Tensaman está rebelde por completo, y Beni Ulixek vaciló en los primeros momentos; pero ahora parece asegurado. … En resumen: la situación de conjunto es delicada y requiere adoptar precauciones y proceder con cautela”. Berenguer añadió: “no veo por el momento en la situación nada alarmante”83. Se preguntó años después el alto comisario qué podía haber hecho, si la situación no parecía tan grave, si los ataques habían sido solo dos y el de Sidi Dris había provocado mayormente bajas a los enemigos; qué podía hacer si los medios con que contaba Annual le parecían suficientes y si el ánimo de Silvestre era de avanzar y no se le notaba temeroso. En un telegrama del día 5, cursado tras la entrevista y que Berenguer recibiría ya en Tetuán, el comandante general le proponía un plan de rodeo por Abarrán. Quizá el general considerase más perniciosa la pasiva defensa a que le sometía Berenguer que algún tipo de argucia. Tamarit ya lo había advertido: se encontraban en un “nido de águilas”. En aquel telegrama pedía medios necesarios y la formación de un tabor y una harca. Berenguer no creía en la urgencia de estos asuntos. Denegó las últimas solicitudes. También denegó el permiso para la operación sugerida. El 8 de junio informaba a Eza: “por el momento, y con más razón no abordándose ahora el problema de Alhucemas, estimo que Melilla tiene fuerzas suficientes, tanto europeas como indígenas”84. También fue en ese momento cuando Silvestre recibió contestación a su carta del 30 de mayo a Eza. La respuesta (12 de junio) era que Berenguer había hecho recortes en esos medios solicitados y que el Ministerio había hecho lo mismo85. Se esperaba la concentración de una harca como consecuencia de lo de Abarrán. Se produjo. Durante días hubo escaramuzas. Para el alto comisario, el éxito con que se respondió a aquellos ataques era una demostración de la capacidad de Melilla para defenderse sin aumentar sus recursos. Pero 83  BERENGUER FUSTÉ, Dámaso: op. cit., p. 40. 84  MARICHALAR Y MONREAL, Luis: op. cit., pp. 159-163. 85  BERENGUER FUSTÉ, Dámaso: op. cit., pp. 40-44. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 122-132. ISSN: 0482-5748


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