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REVISTA HISTORIA MILITAR 119

28 ALBERTO BRU SÁNCHEZ-FORTÚN Un ejemplo en el que la obtención de la escala cerrada se percibió como un avance que necesariamente debía ser generalizado a todos los colectivos funcionariales nos lo proporciona el gobierno Canalejas cuando a finales de junio, también de 1912, introdujo la antigüedad en los ascensos de la carrera judicial y fiscal hasta el cargo de presidente de la Audiencia Territorial inclusive. Como no faltó en el Congreso un discurso del presidente del Consejo defendiendo contra Moret el mal menor de que la magistratura guardara su independencia con la introducción de algo parecido a la escala cerrada, La Correspondencia Militar consideró que el gobierno se había comprometido implícitamente a que los siguientes en disfrutarla en paz y en guerra fuera el cuerpo de oficiales28. Pero Canalejas murió asesinado pocos meses después, y esas nunca fueron las intenciones de Luque; de modo que al final todo quedó en agua de borrajas antes de que terminara la volcánica coyuntura de 1912. A pesar de todo, los políticos civiles no acababan de entender por entonces todas las claves del problema de los ascensos y recompensas de guerra, aunque se daban cuenta ya de sus dimensiones y de su impacto sobre la colectividad militar. En la primavera de 1914 se discutió en el Congreso la contestación al discurso pronunciado por la Corona en la apertura de las sesiones de la nueva legislatura. Fue Marruecos y nuestra política allí lo que centró el debate, e irrumpió en las intervenciones parlamentarias de algunos de los principales primates políticos, no siempre bien entendido del todo, el problema de las recompensas de guerra29. El 19 de mayo, el líder del partido reformista, Melquiades Álvarez, sorprendió a todos exigiendo en su discurso “la supresión de todo linaje de recompensas” en Marruecos, porque por la forma en que se otorgaban “desmoralizan el ejército” y, en definitiva, “son un incentivo para la codicia ó para la imprudencia”. El valor, además, “no Congreso n.º 119, apéndice 7.º, de 22 de mayo de 1912. La defensa de la proposición y la mordaz respuesta de Luque, en DSC. Congreso n.º 121 de 24 de mayo de 1912, pp. 3262-3271. Un ejemplo del acercamiento de la sensibilidad militar hacía los funcionarios civiles en La Correspondencia Militar de 11 de junio de 1912, p. 1, el suelto sin firma titulado “Los funcionarios civiles/Por la escala cerrada”, en el que el periódico reconoce la equiparable vulnerabilidad al favor de todos los funcionarios, sean militares o civiles, y se ofrece a estos últimos en su lucha por la escala cerrada. Este periódico ya había insistido en el mismo tema en sus números del 4 y del 17 de mayo de aquel mismo año, siempre en p. 1. 28  Ver La Correspondencia Militar del 21 y 24 de junio de 1912, ambas en p. 1. En el primero de los números el editorialista nos informa de que el cargo de presidente de la Audiencia Territorial equivale al empleo de general de brigada. 29  Una panorámica de este debate sobre el mensaje de la Corona de 1914, aunque desde el punto de vista del problema de la configuración de un ejército colonial, en BRU SÁNCHEZ-FORTÚN, Alberto: “El debate sobre el ejército colonial en España: 1909- 1914”, en Revista de Historia Militar, año LVI, n.º 112, 2012, pp. 104-120. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 28-66. ISSN: 0482-5748


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