88 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL la anécdota contada al principio de este artículo) y alistándose en el tercio de requetés de Santa Gadea el segundo, quien luego pasaría a Aviación (sin poder ser piloto por problemas de visión en un ojo, lo que no le impediría en la posguerra ser pionero del paracaidismo militar en España). Poco después el hermano pequeño, Jesús, junto a cuatro hermanas, cruzaba la muga a pie en un despiste del piquete de vigilancia de turno, mientras que la madre y otra hermana más lo hacían por tren a Francia utilizando un ‘pasaporte vasco’ que era expedido por el gobierno de guerra de aquella región. El padre, Emerico Salas, interventor militar, quedaba en Madrid: una fría madrugada de noviembre era sacado junto a otros infelices en un camión con destino a Paracuellos… Un brusco frenazo le desconcentraría, al poco, de sus rezos: iluminado por los faros en mitad de la oscuridad, un valiente con trazas de torero agitaba como poseído un papelito delante del vehículo y de los fusiles de los milicianos de escolta: se trataba del bueno de Melchor Rodríguez, el ‘Ángel rojo’, recién llegado de Valencia donde había logrado convencer al ministro de Interior para que le expidiese una orden con que detener las masacres que se estaban perpetrando10. Fue Jesús quien, quizá por no haberla hecho, sintió primero la necesidad de contar la historia de la contienda, al menos al principio en el aspecto que mejor conocía: la guerra aérea. Tras ingresar en el Ejército del Aire y doctorarse en Ingeniería Aeronáutica, había comenzado ya a finales de los 50 a escribir artículos estudiando el puente aéreo sobre el Estrecho –primero de la Historia– y otros hechos concretos para la revista Ejército, la de Historia Militar y otras publicaciones. Cuando se apercibió de la cantidad de datos que había ido recopilando y de lo mal que se habían contado las vicisitudes puramente bélicas de la guerra, decidió entonces abrir el foco; por eso, su obra clásica con la que sorprendió a más de uno en 1969 lleva por título La guerra de España desde el aire y por subtítulo Dos Ejércitos y sus cazas frente a frente (editada por la soberbia colección Horas de España, de la Editorial Ariel, Barcelona, dirigida por Pep Calsamiglia y Alexandre Argullós e influida por Rafael Borràs, posteriormente mítico editor de la colección Espejo de España, de Planeta). Obra que podía ser leída como una apasionante crónica de los aviones y pilotos de ambos bandos durante la contienda –Chirris contra Moscas, García Morato y García Lacalle, la ‘cadena’ y los bombardeos, los 10 Nos contó también el general don Jesús Salas Larrazábal, muy emocionado en la citada entrevista personal mantenida con él (marzo 2013), que, muchos años más tarde, estando él en París por motivo de su trabajo en la empresa CASA, recibió una llamada de una de sus hermanas comunicándole que Melchor había enfermado e ingresado en un hospital: “Vete corriendo a verle y dile que cuente con todo lo que necesite de la familia Salas”. La hermana volvía a llamarle horas después para comunicarle que había cola ante la habitación del buen anarquista con gente deseosa de hacer lo mismo, a tantos había salvado. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 88-96. ISSN: 0482-5748
REVISTA HISTORIA MILITAR 119
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