90 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL nes –‘Zona nacional’, ‘Zona roja’ (sic)–, aquel exclamó: “Pero ¿por dónde empiezo?”. Y se decidió a hacerlo por los legajos carmesíes, habida cuenta de que los azules ya habían sido bastante estudiados (o estaban siéndolo entonces por el coronel Martínez Bande). Este es el origen legendario de la Historia del Ejército Popular de la República (Editora Nacional, Madrid), asunto sobre el que el paracaidista saltaba libre de prejuicios, dando a la luz en 1973 una importante obra que, aun siendo crítica, vendría a constituir a la larga un auténtico homenaje a su antiguo enemigo. Obra perfectamente vigente hoy día, más de 40 años después de su primera publicación. Y es que los cuatro densos tomos que la componen –dos de texto, uno de documentos y otro de mapas, fotografías y un fundamental índice onomástico, más de 4.000 pp. en total– constituyen todo un monumento a aquella fuerza armada levantada en un tiempo récord gracias básicamente a las dotes de organización de Vicente Rojo, pero también a los desvelos de muchos otros generales, jefes y oficiales profesionales que habían decidido permanecer con el bando del gobierno y cuyos nombres aparecían por vez primera en una obra histórica, si no imparcial, sí objetiva y desde luego libre de invectivas: “Creo que trato a los que fueron mis enemigos con la consideración, el respeto y en muchos casos la simpatía que cada uno me merece… Siempre recordaré con afecto a Francisco Galán, ese hombre que tanto se distinguió en el mando de tropas que lucharon contra mí y los míos y cuyo fallecimiento me afectó doblemente por la amistad que sentía hacia él y por el hecho de que la última carta que escribió me la dirigió a mí: estaba fechada la víspera de su muerte y no llegó a firmarla; su viuda, Elena Vázquez Gamboa, tuvo la extraordinaria gentileza, que me conmovió profundamente, de remitírmela pocos días después”. Ramón Salas Larrazábal se mostraba en esta obra como el más beligerante de la contraofensiva bibliográfica que desde España se estaba planteando en aquellos 60 contra obras foráneas, no precisamente contra los oficiales de un Ejército años ha derrotado. Al menos, era el que más explícitamente enunciaba los motivos por los que aquella respuesta bibliográfica había sido iniciada, cuando decía en la presentación del libro que el resultado de su investigación desmontaba con la contundencia de los hechos ciertos tópicos forjados en la propaganda, hechos que “me permiten establecer de forma categórica algunos postulados que pueden parecer insólitos”: “Primero.- El día 19 de julio de 1936 el Gobierno frentepopulista se vio ante la prueba de una guerra civil porque los sublevados contaban en el país con suficiente audiencia como para quebrantar en alto grado su posición en el poder. En otro caso, los rebeldes no hubieran tenido probabilidad alguna al fracasar el golpe de Estado. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 90-96. ISSN: 0482-5748
REVISTA HISTORIA MILITAR 119
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