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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 132

JOSÉ MARÍA BERÁNGER Y RUIZ DE APODACA, ALMIRANTE Y POLÍTICO «Como debida recompensa y estímulo a este sufrido personal que tan importantes servicios presta en los modernos buques, se concede la consideración de jefes a los maquinistas que ocupan los primeros puestos del escalafón, y la de oficiales a los de la segunda y tercera categoría, equiparaciones justas en consonancia con las establecidas en todas las marinas y compensación debida a un cuerpo que, además de su idoneidad para el manejo de los complicados mecanismos que tienen a su cargo, lleva una vida de rudo y constante trabajo, agitada y expuesta de continuo a los mayores riesgos». El reglamento fue muy mal recibido por los maquinistas por distintos motivos. A pesar de ello, aparecieron libelos que aseguraban que se les había concedido el «oro y el moro» y algunas insidias más sobre Beránger (39). Antes de terminar el año, por real orden de 1 de noviembre de 1890 implantó unas «Reglas generales para que la Sociedad de Socorros Mutuos de los cuerpos de la Armada pueda constituirse y funcionar, desde luego». y otra disposición (RO de 23 de diciembre de 1890) «sobre materiales de acero para buques de 7.000 t. (tipo “Cataluña”) para fomentar las industrias siderúrgicas ». El 16 de enero de 1891 legisló un Reglamento de preparación, situación y movilización de las divisiones navales de los departamentos. En el preámbulo vierte conceptos muy interesantes sobre las máquinas de los buques (40). El 13 de abril de 1891, el Centro Técnico, dirigido por Beránger y asistido por Chacón, Rodríguez Arias y Pasquín, convirtió a otro gran acorazado añadido al Plan (RO de 24 de septiembre de 1887) en un gran buque protegido, el mayor construido hasta entonces en España, al que se impuso el nombre de Emperador Carlos V. Por real orden de 3 de junio de 1891 se hace reglamentario el aparato de señales nocturnas ideado por el capitán de fragata Federico Ardois. En julio, aclarando definitivamente el sentido de las palabras «nudo» y «milla», con cuyo significado se polemizaba en esta época en nuestra Marina, se estableció que las distancias se medirían en millas y las velocidades en nudos. En junio, con la Escuadra de Instrucción, el acorazado Pelayo efectuó un viaje a Grecia, donde los reyes jorge y Olga ofrecieron una recepción a los mandos en el palacio real. resados. El maquinista Celestino Luque, en Legislación del Cuerpo de Maquinistas de la Armada (1931), en el apartado «Recuerdos» (p. xi), expresa refiriéndose a Beránger: «Destrozó con su desdichado reglamento a los subalternos del Cuerpo, quitándoles su uniforme, rebajándolos de categoría, vistiéndoles de sargentos y, aún, reduciéndoles el sueldo…». (39) VEGA BLASCO, A. de la: El Cuerpo de Maquinistas de la Armada, 1850-1950. Ministerio de Defensa, Instituto de Historia y Cultura Naval, Madrid, 2010, p. 324. (40) Por real orden de 11 de abril de 1891 se dictaminó que los maquinistas tendrían derecho a un asistente por cada tres oficiales o fracción de tres que tomaran asiento a la mesa, zanjando así un grave problema que afectaba a los maquinistas a la hora de sentarse a la mesa en la cámara de oficiales. En un artículo publicado en la prensa y firmado por «Pelayo», se trató de ridiculizar a Beránger: «El famoso decreto que transformó en jefes y oficiales a los que eran simplemente maquinistas», lo que provocó una fuerte reacción por parte de estos. El ministro había convocado en Madrid a los maquinistas de 1.ª clase Nicolás Contreras y Federico Lorenzo, para tratar de las posibles modificaciones al reglamento en vigor. Véase ibídem, p. 375. Año 2016 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 27


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