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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 132

AGUSTÍN RAMÓN RODRÍGUEZ GONZÁLEZ Era su comandante a la sazón el teniente de navío josé María Tuero y Madrid, de quien sabemos que destacó por sus estudios científicos, de los que son muestra sobresaliente Tratado sobre huracanes, vientos en general y corrientes de los mares, con tablas y láminas, de amplia difusión, y Tratado de señales de día y de noche. También son notables su colección de artículos sobre la campaña de Cochinchina, en la que participó, sus intervenciones en la prensa sugiriendo planes de construcciones navales y su Curso teórico-práctico de Aritmética, seguido poco después de otro sobre álgebra. Pese a tal fecundidad con la pluma, sus destinos como marino no se resintieron, en la mejor tradición de la Armada, pues aparte de Filipinas y Cochinchina fue jefe de la estación naval de Guinea y comandante del puerto cubano de Trinidad, pasando luego, con la salud resentida por los servicios en ultramar, a destinos en tierra, hasta alcanzar finalmente el empleo de capitán de navío de 1.ª clase. Casó con josefa OʼDonnell y Abréu, siendo su padrino de boda el propio duque de Tetuán. Elegido diputado por el distrito de Lucena en 1881, murió al año siguiente de una pulmonía fulminante. Un accidentado combate Su parte oficial, contenido en la documentación citada, creemos que ofrece un buen relato de los combates, por lo que lo reproducimos: «Después de los varios movimientos en persecución de piratas que desde el 23 de junio último he practicado, como por el parte ordinario de campaña verá VE, tengo la satisfacción de participarle que las operaciones del 24 y 25 del corriente han producido el resultado de un panco aprehendido, otro incendiado, siete vintas destrozadas, treinta moros muertos, trece prisioneros y 37 cautivos liberados, la mitad de ellos perteneciente a tres pancos que pudieron escapar a favor de la noche. Quedando en nuestro poder, además de una bandera moruna, tres cañoncitos, una lantaca y varias armas de fuego y blancas en mal estado, habiéndonos costado tales ventajas un muerto, dos heridos y varios contusos. Operaciones cuyos pormenores son los siguientes: »Hallándome fondeado desde el día 22 de julio a favor del tiempo en la cabeza Sur de la isla de Cebú, frente a la isla de Zacpitán, con los fuegos de la máquina sostenidos para dar caza sin la menor demora a las velas sospechosas que pudieran aparecer en el extenso horizonte y multitud de islas que se descubren desde este sitio, sin que las dos falúas de Cebú que desde el 18 me acompañaran por haber ido el día anterior a reconocer las islas próximas al Oeste. »Siendo las 5,30 de la madrugada del día 24, me avisó el oficial de guardia que el patrón de la División (de Cebú, lo mismo que las falúas), Lorenzo Arandia, que me servía brillantemente de práctico por aquellos sitios, decía se veían en la dirección de la isla Carnosa dos embarcaciones sospechosas, una de ellas con la vela arriada. Subí inmediatamente al puente y visto el fundamento de tales sospechas, mandé apresuradamente avivar los fuegos y levar anclas, consiguiendo simultáneamente suspender la última y tener vapor. Dirigime hacia dichas embarcaciones tratando de ocultar mi movimiento con la interposición del islote Chocolate, por lo 62 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 132


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