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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 132

EDUARDO BRYANT ALBA 13/05/1763 « Se anuncia el primer remate. El pregonero realiza su labor. 17/05/1763 « Se requiere a Marcenaro prestar fianza (han pasado cuatro días del plazo marcado dos meses) « « Marcenaro propone como fiador de él y sus socios a Casa Marracci y Cía., de gran crédito en la corte. 19/05/1763 « El fiscal del reino admite a la casa Marracci y Cía. como fiador de la contrata. 25/05/1763 « No se constituye fianza por Marracci y Cía. por no llegarle ciertos avisos de Italia. 26/05/1763 « Casa Marracci y Cía. se constituye como abonador y fiador de josé Marcenaro y sus socios y de todo su trabajo, y pagará a la Real Hacienda todos los daños y perjuicios que por su culpa se ocasionasen. 31/05/1763 « Se comunica a Casa Maracci la aceptación del fiscal y queda constituida como fiadora con todas sus consecuencias y todos sus bienes muebles y raíces, habidos y por haber. 06/06/1763 « El escribano da fe de que el 14 de mayo se dio el pregón durante quince días útiles y que quedó desierto el remate, señalándose el día 7 de junio para el segundo. 07/06/1763 « Se efectúa el segundo remate, que quedó igualmente desierto, y se remata a favor de Marcenaro. 13/06/1763 Aranjuez El rey aprueba el asiento, que firma el marqués de Esquilache. Con ello terminó el acto y se adjudicó el contrato a don josé Marcenaro, que firmó y aceptó todas las condiciones en él estipuladas. Por último, el marqués de Esquilache, el 18 de junio de 1763, comunica que el rey se ha servido aprobar el asiento en todas sus partes. En la primera declaración efectuada por el postor, este muestra su consentimiento al asiento, que no es un contrato de adhesión, puesto que ha sido «tratado, convenido y ajustado» con las autoridades pertinentes, desconociéndose, sin embargo, el alcance de esas negociaciones previas. Como se ve, el contrato que nos ocupa es atípico, tanto por su cuantía como por su objeto y condiciones. Por un lado, se trataba de potenciar la Armada Real con seis nuevos navíos, aprovechando la experiencia de la construcción de navíos anteriores, las reuniones de los constructores ingleses y los consejos y experiencia de jorge juan; por otro, se intentaba mantener bajo control los precios de la construcción. Se conocía que los barcos construidos en Cartagena salían mucho más caros que los salidos de Ferrol o La Habana, y aunque para justificar la dife- 72 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 132


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