EDITORIAL Avance FRENTE AL TERROR ES esperanzador que la coalición internacional, con el apoyo de fuerzas iraquíes y sirias, haya arrebatado al Daesh gran parte de su territorio —el 45 por 100 del que tenía hace dos años— y reducido notablemente su capacidad militar, sus rutas de reclutamiento y sus vías de financiación. El califato de destrucción, horror y muerte proclamado en junio de 2014 por Al Bagdadi se está desmoronando de forma evidente, y ello supone una victoria de la civilidad y de los valores de las sociedades democráticas que respetan los derechos humanos frente a la barbarie yihadista, y un paso imprescindible en el difícil camino para reconstruir la institucionalidad de ambos Estados. En esta lucha, el éxito que están obteniendo las fuerzas iraquíes instruidas por militares españoles en los combates contra el autodenominado Estado Islámico ha consolidado la credibilidad de nuestro país. Durante año y medio España ha adiestrado a más de 5.000 soldados, pertenecientes a dos brigadas ligeras y dos acorazadas, que han jugado un papel fundamental en la liberación de las ciudades de Faluya, Makhul, Mohammad Musa y Sheikh Ali. Nuestras Fuerzas Armadas han demostrado así, una vez más, su buen hacer en la formación de ejércitos de países debilitados; formación que España está dispuesta a ampliar, mediante un incremento de efectivos en cien militares y guardias civiles, con el asesoramiento en materia de sanidad y el adiestramiento táctico de unidades blindadas, desminado y lucha contra artefactos explosivos improvisados. Lamentablemente, este mes se ha producido la primera muerte de un militar español en la misión de Irak, la del soldado Aarón Vidal López, fallecido en accidente de tráfico en el campo de maniobras de Besmayah, al que hemos de expresar nuestra más profunda gratitud por su heroismo y entrega. Pese a las innegables victorias militares de la coalición contra el Daesh, no debemos perder la perspectiva. El grupo terrorista mantiene intacta su capacidad para convertir en suicidas y radicalizar a jóvenes desesperados y, aunque esté perdiendo la guerra convencional, sigue adelante en la del terror. Su potencial para actuar más allá de las líneas del frente no ha mermado, como lo reflejan los atentados de los últimos meses en Estambul, Niza y Orlando, o los que se siguen cometiendo en Irak y Siria. Es preciso insistir, como hizo en Washington, durante la segunda reunión ministerial de la coalición, el ministro español de Defensa en funciones, Pedro Morenés, en la necesidad de desarrollar «una intervención más global de los medios —interior, inteligencia, ciberespacio, información en zona—» y de intensificar «la cooperación de los servicios policiales y militares». Ante una amenaza que es global contra todo el mundo civilizado, la respuesta ha de ser cada vez más unida e integrada. RED Septiembre 2016 Revista Española de Defensa 5
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 331
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