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REVISTA ESPAÑOLA DEFENSA 328

A la izquierda, el GIET sofoca el incendio producido en unos tanques con productos tóxicos. Debajo, en el puerto de Ceuta, zona de descontaminación de los intervinientes. No es una situación real sino un simulacro de emergencia nacional. El ejercicio Sur´16, desarrollado del 4 al 7 de abril, ha sido el mayor realizado en España por el número de intervinientes —cerca de 5.000 civiles y militares— y porque se llevó a cabo en dos escenarios independientes y separados geográficamente —Sevilla y Ceuta—, circunstancia que añadió mayor complejidad a su desarrollo. La administración central tuvo que coordinarse con dos autoridades territoriales diferentes y, además, hubo que afrontar el problema logístico del transporte por vías terrestre, marítima y aérea. También ha sido el primer ejercicio de estas características tras la entrada en vigor, el pasado 1 de enero, del nuevo Sistema Nacional de Protección Civil que mejora la coordinación entre las distintas administraciones del Estado para que los ciudadanos obtengan una respuesta más adecuada en caso de emergencia. Es el sexto ejercicio de emergencia nacional que ha dirigido la UME desde su creación, hace más de diez años. Además de sus miembros y los efectivos de otras unidades de las Fuerzas Armadas, estuvieron involucradas las Delegaciones del Gobierno en Andalucía y Ceuta, el Departamento de Seguridad Nacional, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Instituto Geográfico Nacional, organismos autonómicos de la Junta de Andalucía y de la Ciudad Autónoma de Ceuta así como entes locales. También instituciones como Cruz Roja, AEMET, ADIF, el Centro Nacional de Salud Ambiental, el Instituto de Salud Carlos III, Red Eléctrica de España y el grupo Tragsa. Participaron, asimismo, un equipo de Francia y otro de EEU —sus aeronaves Osprey trasladaron a los pacientes del hospital San Lázaro de Sevilla, supuestamente destruido en el terremoto, hasta los hospitales de campaña— y asistieron observadores de Argelia, Chile, Italia, Malta, Mauritania, República Dominicana, Portugal y Túnez. RIESGOS TECNOLÓGICOS A lo largo de cuatro días, los servicios de emergencias se enfrentaron a numerosas incidencias de todo tipo, de las cuales no tenían conocimiento previo. Cerca del acuartelamiento de El Copero, a 15 km. de Sevilla, un contenedor con aceite mineral blanco se ha roto y se produce un vertido tóxico al río Guadalquivir. Al mismo tiempo, en un barco que estaba repostando salta una chispa que provoca un incendio en el tanque de combustible. El buque se ha hundido y su tripulación está desaparecida. Mientras los militares de la UME tratan de sofocar el fuego de los contenedores, otro grupo de la unidad, el de intervención en emergencias tecnológicas y medioambientales (GIET) trata de contener el vertido en el río para evitar que se expanda. Por su parte, los buceadores intentan encontrar a la tripulación desaparecida, apoyados desde el aire por un helicóptero del SAR. No muy lejos de allí el GIET también trabaja en el vagón cisterna de un tren de mercancías peligrosas que se ha salido de la vía. El impacto ha provocado una fisura y el derrame de 20 de las 50 toneladas de amoníaco que transportaba. Ya en Sevilla, en el antiguo Cuartel de Caballería, el equipo USAR de la UME, de búsqueda y rescate, trabaja codo con Mayo 2016 Revista Española de Defensa 45


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