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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 327

nieve. El frío, el hambre y las epidemias resultaron también mortíferos y miles de personas encontraron la muerte en el éxodo. Castigados por las durísimas condiciones de vida en los montes y hostigados constantemente por el Ejército de Sadam, los kurdos sufrían otro de los episodios más dramáticos de su historia. La tragedia del pueblo kurdo conmovió a la opinión mundial. Apenas un mes después de la paz de Safwan, el Consejo de Seguridad de la ONU, a través de la Resolución 688 (1991) de 5 de abril, hizo un llamamiento a todos los Estados miembros y a las organizaciones humanitarias para que contribuyeran a las actividades humanitarias a favor de la población. Esa misma semana, el Consejo Europeo concedió una ayuda de 20.000 millones de pesetas y propuso la creación de un enclave kurdo en el norte de Irak donde se garantizase la seguridad de sus pobladores. Estados Unidos, que aún mantenía un importante despliegue de fuerzas en la zona, secundó esta iniciativa e impuso a Bagdad la prohibición de realizar operaciones por encima del paralelo 36 N, en la franja montañosa que se extiende, de Este a Oeste, desde Irán a Siria, y de Norte a Sur, desde Turquía a la ciudad iraquí de Kirkuk. El 15 de abril, el Consejo de Ministros de la CE reiteró el llamamiento de solidaridad y algunos países, como Francia, iniciaron misiones humanitarias en el norte de Irak. España se sumó a la ayuda internacional y a mediados de abril dos aviones T-10 Hércules del Ejército del Aire, con 16.890 kilos de medicinas, mantas, ropa y alimentos, despegaron hacia la base aérea de Uromiyeh, en el noroeste de Irán. Simultáneamente, el Ministerio de Defensa envió a tres oficiales del Estado Mayor del Ejército de Tierra con el fin de establecer una primera oficina de enlace y estudiar sobre el terreno la participación española en la operación internacional Provide Confort (Proporcionar Ayuda), destinada a dar apoyo humanitario al Kurdistán iraquí y puesta en marcha por Bélgica, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Holanda e Italia. Los informes remitidos por los militares españoles, desplazados a la base turca de Incirlik, desde donde operaba la fuerza internacional, resaltaban la gravedad de la situación y la conveniencia de intervenir de inmediato. Con estos datos sobre la mesa, Defensa puso en marcha los preparativos para enviar a Irak un contingente del Ejército Los helicópteros Chinook se encargaron de trasladar a los kurdos desde las montañas hasta los asentamientos construidos por la fuerza multinacional. de Tierra. Este contingente fue la Agrupación Táctica Alcalá, en la que se integraron una bandera y personal de Ingenieros de la Brigada Paracaidista (BRIPAC), una agrupación de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), el Escalón Médico Avanzado de Tierra (EMAT) del Hospital Militar de Sevilla, una unidad de zapadores perteneciente al Mando de Ingenieros, una sección del Regimiento de Transmisiones Tácticas 21 y un destacamento de la Agrupación de Abastecimiento 1. En total, 586 hombres apoyados por siete helicópteros (dos Chinook y 5 UH-1H), 80 vehículos todo terreno (28 coches ligeros y 52 camiones), 31 remolques, 18 motos y 5 excavadoras. Entre el 29 de abril y el 3 de mayo, diez Hércules del Ala 31 situaron en la base de Incirlik a 218 hombres y 24 vehículos de la Plana Mayor de la Agrupación y del EMAT. Los demás efectivos fueron transportados hasta Turquía a bordo de aviones C-5 Galaxy de USAF, excepto los helicópteros y las excavadoras, que embarcaron en el buque Arroyofrío I fletado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para enviar ayuda humanitaria recolectada por diversos organismos civiles. 20 Revista Española de Defensa Abril 2016


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