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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 327

Beatriz de Bartolomé. Dos mundos, un camino para la paz, Premios Ejército 2014 el entorno», caracterizada por un escenario superpoblado, urbano y conectado. «Hay que bajarse de las montañas», afirmó, al entender que los conflictos se resolverán en las ciudades. Posteriormente definió el escenario del futuro, que estará centrado en la población; constituirá un entorno confuso en el que será difícil distinguir amigos de enemigos; será muy disputado y en él todos los actores usarán la violencia; su centro de gravedad se encontrará en la población; y afectará a todas las fuerzas militares y a la población civil. Hoy, nuestras Fuerzas Armadas son una herramienta clave en la estabilización de zonas urbanas. Unidades de los tres Ejércitos están desplegadas en Senegal, Malí, República Centroafricana, el Cuerno de África, Líbano, Turquía, Irak y hasta hace poco Afganistán. En todas estas zonas, la misión es básicamente la misma: asegurar la estabilidad frente a grupos radicales de distinta naturaleza pero con el denominador común de un ideario yihadista y unas tácticas y técnicas muy parecidas, orientadas a crear el terror y la confusión. Como dijo el jefe de Estado Mayor del Ejército, general de ejército Jaime Domínguez Buj, en la inauguración de las jornadas, «la clave del éxito de nuestras intervenciones en el exterior es la capacidad del soldado español para empatizar con la población». Para combatir en este tipo de conflictos, el Ejército de Tierra ha acometido un proceso de transformación en el que la adaptabilidad y la polivalencia son las ideas fuerza. La adopción, ya en marcha, del concepto de Brigada Orgánica Polivalente, una Fuerza más versátil, disponible y proyectable —similar a los conceptos OTAN de NATO Response Force (NRF) y su Brigada Very High Readiness Joint Task Force (VJTF)—, proporcionará una herramienta clave en la prevención y decisiva en la resolución de los conflcitos. Además, y estas Jornadas son un ejemplo, el Ejército de Tierra no solo se ha reorganizado sino también ha profundizado, buscando dotarse de la doctrina y procedimientos de combate específicos de un ambiente urbano; ha lanzado proyectos de adecuación y adquisición de materiales avanzados; y ha incluido ya en los procesos de desarrollo de doctrina las lecciones aprendidas de la participación en las operaciones en control de ciudades. En definitiva, estamos conformando un Ejército útil, moderno, cercano y resolutivo. L de atención por parte de los grupos radicales para pasar a ser objetivo. Consideró que la razón de ello es que estos grupos, singularmente Daesh, tienen gran capacidad de producción de medios audiovisuales y de su distribución posterior a través de internet. El general Fernando García González-Valerio, jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército, planteó que debe contemplarse una «guerra de nueva generación», como la desarrollada entre Rusia y Ucrania, donde la población ha tenido un rol muy activo y se han empleado técnicas novedosas, entre ellas la infiltración de fuerzas regulares no identificadas. Consideró que en el entorno urbano el ataque estratégico de precisión no es decisivo y que se requiere disponer de fuerza sobre el terreno («boots on the ground»). En dicho escenario, explicó, el adversario es ahora un actor, estatal o no estatal, que puede seguir un estrategia híbrida, explotando nuestras vulnerabilidades y usando, junto a medios militares, otros no militares: ciberguerra, propaganda, crimen organizado, terrorismo… Para hacer frente a este tipo de conflicto, según sostuvo el general García González-Valerio, ha de procurarse la superioridad del conjunto, trabajando los aspectos intelectual, físico, técnico y moral. «El Ejército de Tierra —advirtió— debe buscar la cohesión de sus unidades mediante un adiestramiento real y repetitivo, una preparación mental adecuada, fortaleciendo los lazos humanos y el liderazgo, manteniendo la disciplina y fomentando los valores morales». Juan Díez Nicolás, catedrático de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Madrid, subrayó que había que prestar atención a la opinión pública y su percepción de los conflictos. Tras señalar que «la primera víctima del conflicto es la verdad», afirmó que los daños colaterales de la población civil son valorados de manera diferente en función del bando que opina. Observó que en España existe una baja percepción del riesgo de conflicto y una baja disposición a participar en la defensa del país, dos parámetros que van unidos. En consecuencia, estimó necesario fomentar la cultura de defensa y la formación en seguridad. El teniente general Javier Varela, jefe de la Fuerza Terrestre, indicó que la tendencia preponderante es la de «discontinuidad en Abril 2016 Revista Española de Defensa 33


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