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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 327

fuerzas armadas Juan Carlos Raimundo: «el asesoramiento al mando en la búsqueda de soluciones técnico-operativas y logísticas que mejoren las capacidades del Ejército del Aire». ASESORAMIENTO Y AUTONOMÍA «El centro mantiene una sinergia muy importante entre sus diferentes áreas de actuación», destaca el teniente coronel Francisco Martín García-Almenta, al frente del Grupo de Ensayos de Vuelo. «El flujo de trabajo y la comunicación es constante entre el personal que modifica y mejora el software de los equipos o el que supervisa el funcionamiento e integración de las armas en las plataformas aéreas con los que finalmente los prueban y validan: que somos nosotros, los pilotos y los ingenieros de vuelo», subraya. El CLAEX presume también de contar en su plantilla con ingenieros civiles que, aunque pertenecen a la industria, trabajan directamente para el Ejército del Aire en el desarrollo de las aplicaciones informáticas aeronáuticas. «Pocas Fuerzas Aéreas disponen de esta capacidad, lo que supone un ahorro de dinero no solo en la adquisición de sistemas, sino también en su desarrollo a lo largo de su vida operativa », destaca el coronel Raimundo. En este aspecto el centro se equipara a países como Alemania, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. «Si no existiera El Centro Logístico de Armamento y Experimentación celebra en octubre su 25 aniversario el CLAEX —continúa su jefe—, el Ejército del Aire seguiría funcionando, pero dependiendo de la industria y del exterior». No siempre fue así. Los primeros ensayos terrestres y aéreos con aeronaves militares, así como con los equipos y armamentos embarcados comenzaron a realizarse en 1946, en principio, bajo el paraguas del INTA y, a partir de 1968, bajo la dependencia exclusiva del mando militar. La creación en 1986 del Ala 54 supuso la centralización de todas estas actividades en una sola unidad y en un mismo lugar: la base aérea de Torrejón de Ardoz. Además, se constituyó un nuevo grupo, el de Informática —antecedente del de Software Aeronáutico—, consecuencia directa de la adquisición de los aviones de combate F-18 a principios de la década de los 80 y, sobre todo, de la decisión estratégica adoptada por el Ejército del Aire de adquirir la capacidad de modificar su software por medios propios, sin necesidad de depender de los requisitos impuestos por la US Navy, titular del programa. «Trabajamos más con los aviones de las Alas de combate ya que necesitan un mayor desarrollo de software aeronáutico y de integración de armas que las aeronaves de transporte», señala el teniente coronel Ignacio Zulueta Martín, jefe del Grupo de Armamento en referencia a los cazas F-5, F-18 y Eurofighter. «El producto estrella del CLAEX es el F-18», destaca el comandante Agustín Blasco Borrajo, jefe del Escuadrón de Informática de Apoyo. «El software de este caza ha sido modificado en siete ocasiones y una octava ya está en desarrollo», añade. Los ingenieros que han trabajado en la modernización y mejora de las aplicaciones informáticas de este caza y en las de otras muchas aeronaves comprueban su funcionamiento en los bancos de validación, una reproducción real de la cabina de un avión. Existe uno del F-18 y tres del Eurofighter. La integración del armamento es quizás el aspecto más complejo al que se enfrentan los especialistas del CLAEX. La dificultad más relevante es radica en el acoplamiento de las armas bajo las alas. Su peso y la acción Los pilotos e ingenieros de vuelo siguen muy de cerca los trabajos de modificación de software que realiza el personal civil antes de su integración en los bancos de pruebas y, posteriormente, en la aeronave correspondiente. 38 Revista Española de Defensa Abril 2016


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