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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 326

cultura Museo del Ejército y su hija mayor Christabel hicieron un paréntesis en su lucha para apoyar la defensa de Reino Unido, mientras que la pequeña, Silvia, se inclinó por la solidaridad transnacional. Por otro lado, la falta de mano de obra masculina en retaguardia hizo necesaria la incorporación de la mujer al mundo laboral, lo que demandó la propaganda de guerra, como deja ver esta muestra. DEL CAMPO A LA INDUSTRIA BÉLICA Hubo voces que se alzaron en contra, incluso entre los movimientos sindicales. Pero «las mujeres desempeñaron trabajos en todos los sectores, en el campo, en la industria y, también en el frente. Y ya no hubo vuelta atrás», apunta Blanco. «A partir de ese momento y aunque con limitaciones —apunta—, las mujeres obtuvieron el voto en Reino Unido y Alemania (1918), Suecia (1919), Estados Unidos (1920)…» El papel más reconocible de aquella época es el de «ángel de las trincheras», La propaganda de guerra demandó la mano de obra femenina. las abnegadas enfermeras que cuidan de los soldados; pero la participación femenina fue mucho más allá. De hecho, señala Blanco, la idea de la exposición nació porque, «investigando, me encontré con la frase del mariscal francés Joffre: si las mujeres que trabajan en la industria bélica hubieran parado su trabajo durante 20 minutos, la guerra estaría perdida para los aliados». A partir de ahí, surgió la exposición, que se divide en 14 bloques. En ellos, con ejemplos de diferentes países, se recoge el papel de la mujer en la conflagración y la demanda de su participación para lograr la victoria. El primer paso de la exposición es dar cuenta de por qué estalló el conflicto más allá de su famoso desencadenante: el magnicidio del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona austrohúngara, en Sarajevo. ALIANZAS ENFRENTADAS La razón fue el ya citado juego de alianzas que dividía a Europa: la Triple Alianza, de Alemania, Austria-Hungría y una Italia que no cumpliría sus compromisos iniciales; y la Triple Entente, con Rusia, Reino Unido y Francia. Ambos bloques, incluso la indecisión italiana, están recogidos en la selección de carteles de la muestra, en la que queda también reflejada la evolución del rol de la mujer, que pasó de Museo del carlismo EL sitio de Pamplona Historia y estrategia en el asedio de la capital navarra durante la II Guerra Carlista BAJ O el título Rendir la plaza. El bloqueo Carlista de Pamplona (septiembre de 1874 - febrero de 1875), el Museo del Carlismo de Estella (Navarra) propone una cita con el sitio de la capital foral durante la II Guerra Carlista (1872-1876). Pamplona sufrió seis meses de asedio del ejército carlista que, sin medios para un asalto por la fuerza, se propuso tomar la ciudad rindiéndola por hambre, explica la propia exposición, que cerrará sus puertas el 3 de abril y que se completa con otra muestra: Julián Gayarre. Testigo del bloqueo carlista de Pamplona. En ambos recorridos, la imagen es protagonista y, antes de adentrarse en el bloqueo de la capital navarra, la introducción de Rendir la plaza presenta cómo se organiza el asedio de una ciudad, «una estrategia que ha llegado hasta la actualidad» y ha ocupado un papel fundamental en la planificación de acciones militares a lo largo de la Historia. También se incluyen en esta introducción cuatro conocidos asedios. Así, el visitante se encuentra con los ecos de Numancia (134-133 a. C), Zaragoza (1808-1809), Bilbao (1835, 1836 y 1874) y Sarajevo (1992-1996). 58 Revista Española de Defensa Marzo 2016 Museo Carlista Panorámica de la exposición Rendir la plaza.


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