Galán Torres JA.

REVISTA DE SANIDAD FAS ENE MAR 2016

Sanid. mil. 2016; 72 (1)  7 Editorial inglés se la conozca como la enfermedad de la ceguera del río (river blindness). Aún es endémica en unos treinta países, hay unos 18 millones de personas infectadas por el parásito y unas 300.000 que han quedado ciegas a causa del mismo, casi todas ellas en África subsahariana. Gracias al trabajo de los ganadores del Nobel, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un plan para erradicar la enfermedad en los próximos diez años. Estas moscas se crían en ríos rápidos y arroyos, sobre todo en aldeas remotas situadas cerca de tierras fértiles donde la pobla-ción depende de la agricultura. En el cuerpo humano, los gu-sanos adultos producen larvas embrionarias (microfilarias) que migran a la piel, los ojos y otros órganos. Cuando una mosca negra hembra pica a una persona infectada, junto con la san-gre ingiere las microfilarias, que continúan desarrollándose en el díptero para luego transmitirse al siguiente huésped humano durante picaduras posteriores. Dado que no existe vacuna o medicamento capaz de prevenir la infección por O. volvulus, en África y Sudamérica, la estrategia fundamental para eliminar la oncocercosis es el tratamiento a gran escala con ivermectina. En septiembre de 2014, Ecuador se convirtió en el segundo país del mundo, después de Colombia, que ha sido declarado libre de oncocercosis, después de haber aplicado el tratamiento con éxito durante decenios. Entre 1974 y 2002, se logró controlar la oncocercosis en África Occidental a través del Programa de Lucha contra la Oncocercosis (OCP), principalmente mediante la fumigación de insecticidas contra las larvas de la mosca negra (lucha antivectorial) desde helicópteros y aviones. En veterinaria se conocen nueve especies de Onchocerca que infectan a los animales, sobre todo bovinos, perros y caballos, dependiendo los órganos diana del parásito de la especie afecta-da. Las microfilarias se pueden encontrar también en la sangre de modo transitorio. Los machos adultos de Onchocerca pueden alcanzar hasta 6 cm de longitud. Las hembras pueden llegar a superar los 50 cm. Las microfilarias, o sea, las larvas inmadu-ras de todas las especies, no superan los 0,5 mm. Uno de los compuestos más eficaces de esta familia de antiparasítarios, la selamectina, es actualmente de uso exclusivo veterinario. Dípte-ros del género Culicoides son hospedadores intermediarios de O. gibsoni, y otros dípteros del género Simulium lo son de O. guttu-rosa y O. dukei. El ciclo completo de la mayoría de las especies animales no se conoce aún en detalle. En África central y occidental existe otra enfermedad causa-da por filarias, el Loa loa, que es transmitida a través de tábanos. Todas estas patologías son prácticamente desconocidas en nuestro entorno, pero causan gran sufrimiento en países, ya de por sí, afectados por otras muchas enfermedades infecciosas, la pobreza y el hambre. Mitigar el dolor de los más desfavorecidos es una hermosa y noble tarea. Desde estas páginas nos congra-tulamos por el reconocimiento internacional a esta labor con la concesión de este importante premio. Dr. Juan Alberto Galán Torres Coronel veterinario Especialista en Microbiología, Higiene y Sanidad Ambiental Redactor Jefe de la Revista Sanidad Militar Galán Torres JA.


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