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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 134

ENRIQUE TAPIAS HERRERO bien de su país era lo primero. Patiño era sencillo, moderado y de pocas palabras en temas de trabajo. Como el francés, consideraba el bien de su país su objetivo preferente. Los dos obtuvieron la máxima confianza de sus soberanos. Prueba de ello es la cantidad de materias puestas bajo su responsabilidad. Al mismo tiempo, se crearon numerosos enemigos, como parece normal cuando se acaparan amplias parcelas de poder y se pretende sanear las finanzas de la Corona. Ambos lucharon contra la venalidad de cargos y contra los asentistas, que eran parte del problema. Pero, si se pudieran contabilizar los enemigos de uno y otro, Colbert se llevaría la palma: primero, con el asunto Fouquet; luego, con su enfrentamiento con el clan Le Tellier y, finalmente, con su gran rival, el ministro Louvois. El éxito de Colbert en sanear las finanzas francesas, cosa que no habían logrado Richelieu ni Mazarino, lo elevó al olimpo galo. Por su parte, Patiño luchó por sanear las finanzas españolas y, aunque no lo logró, sí consiguió mejoras notables al respecto. No se ha profundizado en los esfuerzos realizados en el desarrollo de la industria, el comercio y las comunicaciones interiores, por el limitado espacio de este trabajo, pero los dos siguieron parecidos métodos para impulsar su expansión, con mejores resultados en el lado francés. En este sentido, ambos eliminaron las aduanas interiores, que elevaban injustamente el valor de las mercancías. En lo que respecta a la Marina, Patiño seguirá pautas similares a las de Colbert, que demostraron ser muy positivas para su Flota. Si el francés vio la necesidad de crear un gran arsenal en Rochefort, el español no duda en instalar el suyo en Cádiz, lugar clave como puerto de salida en la Carrera de Indias, añadiendo algunos años más tarde los arsenales de Ferrol y Cartagena. El impulso dado a las industrias auxiliares navales confirió a ambas naciones una gran autonomía en la construcción naval. Si, en el lado francés, su hijo, el marqués de Seignelay, vería el máximo número de unidades de su flota, en el lado español, la labor de Patiño, unida a la de su sucesor, el marqués de la Ensenada, sería esencial para alcanzar las máximas cifras de la Flota en la última década del siglo. A pesar de que sus sepelios se hicieron a escondidas por miedo a que su impopularidad levantara protestas, ambos personajes son un ejemplo para las generaciones posteriores y, por ello, merecen un firme reconocimiento por el trabajo desarrollado en beneficio de sus respectivos países. Bibliografía complementaria COLBERT, j.B.: Mémoires sur les affaires de finances de France pour servir à l’Histoire. París, 1663. COSNAC, G.L.: Mazarin et Colbert. Perrin, París, 1892. DOMÍNGUEZ ORTIZ, A.: Crisis y decadencia de la España de los Austrias, Ariel, Barcelona, 1989. ULLOA, B.: Restablecimiento de las fábricas y comercio español, Madrid, 1740. 30 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 134


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