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REVISTA SANIDAD FAS JUL SEP 2016

Navarro Suay R., et al. procedentes de Infantería de Marina. A este equipo se añadía el personal de sanidad destinado en el buque (dos oficiales médicos, dos oficiales enfermeros y un oficial odontólogo)9. Durante el apoyo sanitario realizado a bordo del buque Galicia en la operación Respuesta Solidaria (Indonesia) la unidad sanitaria embarcada (primer y segundo escalón) es-taba formada por un anestesiólogo, un cirujano general, un traumatólogo, dos pediatras, dos médicos especializados en medicina preventiva, un otorrinolaringólogo, seis médicos ge-nerales, un veterinario, un farmacéutico, un odontólogo, trece enfermeros y veinte sanitarios10. En la operación Libertad Duradera en aguas del Océano Índico se desplegó la siguiente unidad sanitaria embarcada: un intensivista (aunque posteriormente se decidió que no era necesario su embarque), un anestesista, un cirujano general, dos enfermeros y dos sanitarios de Infantería de Marina que apoyaban a los efectivos del primer escalón (oficial médico, oficial odontólogo y dos oficiales enfermeros)11. Durante el despliegue de Fuerzas de Infantería de Marina en el Líbano, el segundo escalón quirúrgico embarcado esta-ba compuesto por un cirujano general, un traumatólogo, un intensivista, un anestesiólogo y 4 enfermeros. Finalmente durante la misión Hispaniola en Haití, los miembros de la unidad sanitaria (pertenecientes al primer y segundo escalón) eran un cirujano, un anestesiólogo, un trau-matólogo, un radiólogo, un analista clínico, un intensivista, dos pediatras, dos médicos generales, un ginecólogo, un in-ternista, un preventivista, un farmacéutico, un psicólogo, un 222  Sanid. mil. 2016; 72 (3) veterinario, un odontólogo, once enfermeros y trece sanita-rios12. Durante este despliegue en la operación Atalanta, tres han sido las principales modificaciones de personal del equi-po quirúrgico: no comisionar a un oficial médico intensivista, comisionar a un oficial diplomado en análisis clínicos e in-crementar el número de enfermeros. Por su parte, la dotación sanitaria propia del buque ha contado con dos sanitarios. Desde el punto de vista de los autores, la primera medida se ha tomado por los siguientes motivos: baja incidencia de pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos a lo largo de la Operación, tipo de bajas (potencialmente las bajas son intervenidas quirúrgicamente por lo que el ingre-so en UCI estaría enfocado al tratamiento postquirúrgico), escaso número de oficiales médicos intensivistas desplegables en zona de operaciones por motivos de edad (por lo que se prioriza la comisión al Role 2E español de Herat –Afganis-tán-) y por último a que los oficiales médicos diplomados en anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor, por su formación durante la especialización pueden realizar tan-to la anestesia como los cuidados postquirúrgicos a bordo, cumpliendo la normativa OTAN en cuanto a la capacidad del personal sanitario en Role 2 (oficial médico con capacidad de reanimación). La incorporación de un oficial médico o farmacéutico di-plomado en análisis clínicos ha sido necesaria para asegurar la adecuada recepción y mantenimiento de las unidades de hematíes enviados desde territorio nacional y para la reali-zación y validación de las pruebas de laboratorio realizadas a bordo. Por motivos legales, a día de hoy se exige un oficial con esa capacitación para poder desempeñar los cometidos relacionados con hemocomponentes. El incremento de oficiales enfermeros (dos en quirófano y dos en UCI) es adecuado, pero en el futuro se podría valorar la posibilidad de incrementar dicho número para asegurar un adecuado cuidado a múltiples bajas ingresadas durante días en el hospital en misiones de combate. También se podría mantener el mismo número de oficiales enfermeros o inclu-so disminuirlo en misiones no de combate permitiendo que todos ellos pudieran desempeñar funciones tanto en el Role 1 como en el Role 2. También creemos recomendable la crea-ción de la figura de “enfermero transfusor” (con la adecuada titulación académica correspondiente) para oficiales enferme-ros y de auxiliar de clínica, de técnico de laboratorio y de técnico de radiodiagnóstico para suboficiales o personal de tropa y marinería. La presencia de sanitarios en el hospital es fundamental. Las dimensiones de la instalación sanitaria, el mantenimien-to de los equipos, la necesidad de cuidados del personal in-gresado, el apoyo durante la actividad quirúrgica así como la vigilancia en los diferentes zafarranchos hacen imprescindi-ble contar con personal de tropa y marinería adecuadamente adiestrados para prestar auxilio sanitario (Figura 7). La marina británica a principios de la década de los años 90, contaba con 2 oficiales médicos destinados en cada uno de los segundos escalones sanitarios que normalmente se ubica-ban en portaaviones. Sin embargo, la escasez de práctica mé-dica real llevada a cabo a bordo provocó que los médicos es- Tabla 5. Miembros de las unidades sanitarias embarcadas en dife-rentes operaciones internacionales. Cen-tro-amé-rica Irak Océano Índico(LD) Indone-sia Líba-no Haití Océano Índico (Atalanta) Cirujano 1 1 1* 1 1 1* 1* Traumatólogo 1 1* 1 1 1 1 Intensivista 1 1 0/1 1 1 0/1 Anestesiólogo 2 1 1 1 1* 1 1 Internista 1 1 Pediatra 1 2 2 Ginecólogo 1 Radiólogo 1 1 Analista Clínico 1 1 Preventivista 1* 2 1 Otorrinolaringólogo 1 Médico de vuelo 1 1 Médicos generales 2 2 6 2 Psicólogo 1 Farmacéutico 1 1 1 Veterinario 1 1 Odontólogo 0 1 1 1 1 1 Enfermeros 12 8 2 13 4 11 2/4 Sanitarios 11** 10** 2** 20 13** TOTAL 35 23 7/8 41 8 41 8-12 *Jefe del segundo escalón médico embarcado **Sanitario perte-neciente a Infantería de Marina


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