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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 333

el control de masas, la simulación por ordenador de tiro y acciones en combate y la realización de inspecciones oculares técnico-policiales. «A todas estas capacidades se ha sumado este año por primera vez la de ayuda táctica para la recuperación de bajas en combate», destaca el comandante Luis Javier Orgaz, jefe de Operaciones del Batallón de Bétera, y oficial de proyectos del ejercicio, el cerebro de todo su operativo. «El próximo año intentaremos que participen unidades más pequeñas, tipo pelotón, para formar más secciones mixtas con personal extranjero », anuncia el comandante Orgaz. ADIESTRAMIENTO MULTINACIONAL Este ejercicio es el único a nivel nacional en el que interactúan y se adiestran los agentes de seguridad de los tres Ejércitos, de la Guardia Real y de la Unidad Militar de Emergencias (UME). «En el ámbito de la OTAN no hay otra oportunidad como ésta para que las unidades de policía militar aliadas realicemos un ejercicio conjunto y comparemos y unifiquemos nuestros conocimientos y técnicas», destaca el suboficial mayor Walter Verbeke, asesor de la Policía Militar del Estado Mayor de las Fuerzas Terrestres de Bélgica. Este país no ha podido participar con fuerzas reales en la última edición del ejercicio. «Nuestros agentes están colaborando con los cuerpos de seguridad del país desde el atentado terrorista de Bruselas», explica el mayor Verbeke, tras presenciar la actuación de un equipo WIT de las Fuerzas Ligeras del Ejército de Tierra en la base Jaime I de Bétera, donde se ubica el Batallón de Policía Militar I, el único que existe en las Fuerzas Armadas españolas. «Fue creado en 2008 al comprobarse la necesidad de proporcionar la capacidad de policía militar a un cuartel general de Cuerpo de Ejército o de División», afirma el jefe del Batallón, teniente coronel Luis Jiménez. Las jornadas de intercambio de experiencias organizadas en 2009 por la unidad con sus homólogas del Ejército de Tierra derivaron un año después, tras la entrada en vigor del Real Decreto de Seguridad de las Fuerzas Armadas, en el desarrollo de una serie de seminarios anuales sobre esta especialidad a cargo de la Academia de Logística. Allí se imparten los cursos Avanzado de Mando de Unidades de Policía Militar y Avanzado de Policía Militar para tropa, así como el de especialización de Protección de Autoridades para escoltas. Por su parte, el batallón de Bétera organizó en 2012 un primer ejercicio abierto a la participación de las unidades nacionales a las que se han sumado, desde 2014, las de los países aliados. Ni en Bétera, ni en Marines, ni en Cheste hay rastro de los «calimeros», aquella «PM» alta y corpulenta de casco blanco —de ahí su apodo a partir de finales de la década de los 70— que actuaba como «sombra implacable» de la tropa y marinería de reemplazo dentro y fuera de los acuartelamientos. Los tiempos cambian y como coinciden en asegurar los miembros del BPM I, «ahora tenemos boinas de todos los colores», en referencia al cambio de rumbo que ha tomado el concepto de policía militar, una apuesta por nuevas competencias en los ámbitos conjunto y multinacional orientada, sobre todo, al despliegue exterior. J.L. Expósito Montero Fotos: Hélène Gicquel Pasquier Militares británicos y españoles encargados de la seguridad de una base aliada identifican a un civil que trabaja en la misma. Noviembre 2016 Revista Española de Defensa 21


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