NUEVAS TECNOLOGÍAS Y PREVENCIÓN DE INCENDIOS Francisco Escribano Bernal. Teniente coronel. Caballería María Teresa Lamelas Gracia. Doctora en Geografía San Gregorio ya no es lo que era. Hace no muchos años, quienes realizábamos ejercicios tácticos en ese desierto azotado por el cierzo debíamos orientarnos únicamente con el mapa de papel. Además, el «enemigo» apenas consistía en algunas cintas de colores y un bote de humo, difíciles de distinguir entre las nubes de polvo y las matas de romero. Hoy en día las unidades navegan con sistemas de localización por satélite y se enfrentan a la Unidad de Oposición del Centro de Adiestramiento (CENAD) con equipos de duelo láser, tanto individuales como vehiculares. En este artículo se pretende mostrar que estas tecnologías no solo han permitido mejorar de forma notable las condiciones en que se desarrolla la preparación, sino que también pueden contribuir a hacerlo de forma más segura en un campo tan concreto como el de la prevención de incendios forestales. Es preciso tener en cuenta que en la cuenca mediterránea el fuego ha constituido históricamente un elemento natural con el cual las sociedades han aprendido a coexistir hasta convertirlo en herramienta de gestión. Sin embargo, la recurrencia, magnitud y gravedad de los incendios se ha incrementado en las últimas décadas y una de las principales causas es el aumento de la combustibilidad (cantidad, superficie, volumen, continuidad espacial y materia muerta) de las masas vegetales, como consecuencia de la transformación de los sistemas productivos y los usos de suelo. A ello hay que añadir las implicaciones del actual contexto de cambio climático. En este sentido, los campos de tiro y maniobras del Ministerio de Defensa tienen un riesgo 42 REVISTA EJÉRCITO • N. 909 DICIEMBRE • 2016 directo de ignición ligado a las actividades que en ellos se desarrollan, como las prácticas de tiro con fuego real y la caída de proyectiles, y otro de propagación por la existencia de amplias superficies forestales dentro y en su entorno próximo. Por todo ello, en cumplimiento de la disposición adicional segunda de la Ley de Montes1, el Ministerio de Defensa cuenta con la Directiva 42/20102, que a su vez se aplica en el ámbito del Ejército de Tierra mediante la Directiva 06/12 de «Acciones contra incendios forestales en los campos de maniobras y tiro»3. Con esta normativa se pretende velar por la integridad del patrimonio natural, las infraestructuras y las personas que desempeñan sus actividades en las mismas. En concreto, el CENAD San Gregorio cuenta para ello con un plan contra incendios forestales permanentemente actualizado y un plan técnico de defensa contra incendios forestales (el actualmente en vigor fue aprobado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente el 30 de mayo de 2014). CONTRIBUCIÓN CIENTÍFICA El primer paso para la correcta elaboración de tales documentos es una evaluación del riesgo de incendio que integre la estimación de la ignición (humedad del combustible, factores humanos y naturales), la propagación (propiedades físicas del combustible y condiciones topográficas y meteorológicas) y la vulnerabilidad (socioeconómica y ecológica). Se trata con ello de tener el conocimiento más preciso posible de los puntos más vulnerables y de dónde y cómo se puede actuar para limitar el peligro. Sin embargo, la gran
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