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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2017

TEMAS GENERALES mantener el estado del bienestar. Con posterioridad, Londres acordaría conservar una presencia limitada en Catar, Diego García y Gan y establecer convenios de seguridad para contribuir a la defensa colectiva en su antigua área de influencia. — La cancelación de numerosos proyectos armamentísticos, entre los que destacan los programas estrella de la Fuerza Aérea y de la Armada (10): el bombardero TSR-2, que acabó con la capacidad de penetración a baja cota y ataque nuclear hasta la llegada del Panavia Tornado en 1980; y el portaaviones CVA (11), que dejó a los veteranos Ark Royal y Eagle como únicos portaaviones puros del país y cuya retirada durante la década de 1970 dejaría a los cruceros de cubierta corrida Centaur e Invencible —menos capaces que sus homólogos convencionales— como punta de lanza de la proyección naval británica. Estas decisiones redujeron la influencia estratégica, limitaron la autonomía industrial e incrementaron su dependencia del extranjero. — La reducción y reestructuración del Ejército Territorial —con funciones de apoyo a la fuerza, reserva estratégica y defensa del territorio—, mediante la eliminación de la mitad de sus efectivos y su reorganización en fuerzas de propósito general, de apoyo a las unidades destacadas en Alemania, de defensa territorial y de reserva. — La orientación del planeamiento de la defensa hacia la contribución a la Alianza: un Ejército de fuerzas mecanizadas para defender el Frente Central, una Fuerza Aérea para el ataque táctico y la defensa del canal de la Mancha, una Armada para la guerra antisubmarina y una fuerza nuclear estratégica a disposición de la OTAN. Y mientras las fuerzas británicas completaban su retirada del este de Suez y se preparaban para combatir en la región euroatlántica, Londres se vio obligado a enfrentarse a otros problemas obviados por los estrategas. Se trataba de los conflictos de baja intensidad en Omán, Kenia o Chipre o la ocupación de Irlanda del Norte, que se convertiría en un importante problema en términos de fuerzas desplegadas, recursos económicos empleados y controversias (10) La cancelación del bombardero TSR-2 y del portaaviones CVA es paradigmática porque inicialmente su financiación parecía garantizada, pero la Fuerza Aérea y la Armada iniciaron una lucha fratricida —la primera intentó recuperar su capacidad de disuasión estratégica negando el papel de los portaaviones, y la segunda intentó mantener el statu quo nuclear, imponer un avión naval a la Fuerza Aérea a cambio de la cancelación del TSR-2 y evitar que el Gobierno impusiera a la Armada la compra de dos portaaviones estadounidenses de segunda mano— que terminó con la cancelación de ambos proyectos. (11) La clase CVA (Attack Aircraft Carrier) debía estar compuesta por un número no inferior a dos buques, con un desplazamiento comprendido entre las 53.000 y las 64.000 toneladas, estar equipada con un ala embarcada de caza y ataque nueva y servir como base de los grupos de proyección estratégica del país. 24 Enero-feb.


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