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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 915

DOCUMENTO La General, crisol de oficiales FORMACIÓN MORAL Y PREPARACIÓN MILITAR DEL CADETE La instrucción persigue objetivos muy claros y está muy sistematizada. Aparte de los tres grandes periodos en los que se divide la instrucción (septiembre, febrero y junio), el programa anual está salpicado de instrucciones continuas y «viernes militares» que garantizan la necesaria continuidad en el tiempo. Se consigue, de esta forma, que el cadete nunca se olvide de la parte militar de la formación. Además, se aumenta el rendimiento, ya que no hay que repetir aspectos trabajados anteriormente. La mejora de la calidad de la enseñanza es el efecto subsiguiente. Los batallones de cadetes constituyen la base fundamental sobre la que se organiza la instrucción y adiestramiento, que se efectúa, por tanto, bajo la supervisión directa de los jefes orgánicos. Los capitanes jefes de sección y los comandantes jefes de compañía son los que, con ejemplaridad, guían al cadete a lo largo de su formación y consiguen transformarlo en oficial. Para ello, y en perfecta sincronía con el Plan de Acción de Personal (PAP), los mandos de los cadetes se escogen entre los mejores. Por ejemplo, sus capitanes son seleccionados en el segundo tramo del empleo, cuando ya han mandado compañía, escuadrón o batería, con las más altas calificaciones en sus IPEC, REVISTA EJÉRCITO • N. 915 JUNIO • 2017  73  José Gonzálvez Vallés. Teniente coronel. Infantería. DEM La instrucción y adiestramiento del cadete está dirigida a formar soldados con una sólida formación moral y completa preparación militar que les capacite para el combate más demandante, y oficiales que ejerzan el mando de sus unidades con iniciativa y responsabilidad, arrastrando con su ejemplo y conscientes de que solo cumplirán su misión actuando en equipo y en el marco del combate interarmas1. La formación integral, que contempla todos los aspectos de su Plan de Estudios, pero muy especialmente en instrucción y adiestramiento, está basada en tres pilares: los dos primeros son medibles, y por lo tanto tangibles, y son el saber y el saber cómo. El otro pilar, el intangible, el ser, se sustancia en la permanente formación en valores. El programa de instrucción y adiestramiento  (I/A) potencia la capacidad de decisión, mando y liderazgo de los futuros oficiales, e impulsa la búsqueda permanente de la iniciativa, anticipación e innovación en sus acciones, mediante una enseñanza acumulativa y continua, que fomenta la capacidad de actuación ante situaciones adversas. En resumen, busca concienciar de la necesaria preparación para el combate, en el convencimiento de que la instrucción dura hace el combate fácil2.


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