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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 915

Academia General Militar, donde además de las dos semanas de la fase de acogida, orientación y adaptación a la vida militar y de tres semanas de instrucción y adiestramiento, recibirán formación militar general y específica del Ejército de Tierra, orden cerrado y educación física, culminando su periplo en la General con la jura de bandera. A la hora de afrontar su enseñanza, la primera idea que se plantea el docente es cómo enfocarla, pues no puede realizarse de la misma forma que para el Cuerpo General al ser las misiones a desempeñar muy diferentes aunque ambas tengan una base común. La intensa fase de instrucción y adiestramiento a la que son sometidos tiene un objetivo muy claro: que aprendan y desarrollen nuevas aptitudes para convertirse, en un breve espacio de tiempo, en auténticos combatientes. Resulta llamativa la transformación que se produce en estos futuros oficiales, donde la mayor edad motivada por los años de formación universitaria previa, se compensa con el esfuerzo, dedicación y empeño que muestran en todo momento. Durante ese tiempo aprenden a pasar hambre, frío, calor y sueño, a encontrarse solos y con la falsa apariencia de haber sido abandonados a su suerte, a valerse por sí mismos, conocer sus límites, el valor de la amistad y el compañerismo. Aprenden sobre todo el amor a un ideal, a una institución, a unos valores y a una nación: España. Sin embargo, durante este período, el verdadero esfuerzo del profesor estriba en concienciar y convencer al alumno del por qué y para qué sirven esas destrezas que va a alcanzar, al tiempo que diferencie las capacidades distintivas de cada ejército y arma, y adquiera la habilidad de empatizar con los que van a ser sus compañeros en las Fuerzas Armadas, para de este modo poder enfrentarse con decisión y seguridad a su cometido. La intensa labor docente tiene su máxima expresión en la forja de carácter como líder del futuro oficial, de su capacidad de adaptación y de su máxima preparación física y moral, características que se imprimen durante este efímero pero intenso y tremendamente exigente periodo, donde hay que convertir en soldados a hombres y mujeres con mucha disposición pero ninguna experiencia. 84  REVISTA EJÉRCITO • N. 915 JUNIO • 2017 EL CUERPO DE INGENIEROS POLITÉCNICOS DEL EJÉRCITO DE TIERRA El Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra se compone de un selecto número de hombres y mujeres que acceden a la Academia General Militar con el Grado en Ingeniería o Arquitectura, mediante las formas de ingreso directo y promoción. El oficial recibirá durante su periodo de formación «una formación integral que, unida al acervo que acumula, le permitirá, como técnico y gestor, tener una visión global de las Fuerzas Armadas y su entorno, imprescindible para su correcta ubicación en la sociedad para la que trabaja»12. Su permanencia en la General resulta algo más dilatada que la de sus compañeros de los Cuerpos Comunes, pues abarca desde mediados de agosto hasta bien entrado el mes de diciembre, obteniendo, tras superar las materias cursadas hasta ese momento, la preciada estrella que les acreditará como alféreces, y que les permitirá, tras el periodo navideño, continuar su formación en la Escuela Politécnica Superior del Ejército hasta completar el curso académico, momento en el que regresarán nuevamente a la General para recibir los Reales Despachos de Teniente. En estos intensos cuatro meses recibirán un amplio abanico de conocimientos que, como futuros oficiales, deberán aprender e interiorizar para desarrollar de forma óptima su labor. Para lograrlo, se les imbuirá de una férrea disciplina y una profunda formación moral y militar que les servirá de guía a lo largo de su vida militar, así como de una amplia formación en áreas tan diferentes como derecho, historia, sistemas de armas o táctica y logística, añadiendo a todo ello las asignaturas más específicas de instrucción y adiestramiento como son Topografía, Tiro, Instrucción NBQ, Táctica tanto individual como colectiva, y un largo etcétera. La fase de instrucción y adiestramiento en la General se encuentra dividida en dos periodos claramente diferenciados, cuyo punto de inflexión coincide con el acto de la jura de bandera. El primero, muy exigente tanto física como mentalmente, en el que se puede observar diariamente el progreso que realizan los cadetes. El segundo, en el que sin olvidar su formación, se entrenan para el ejercicio del mando para lograr


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