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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 915

DOCUMENTO La General, crisol de oficiales Los futuros oficiales del Ejército de Tierra debatiendo en el Parlamento de La Rioja REVISTA EJÉRCITO • N. 915 JUNIO • 2017  87  dar el mejor servicio a nuestro país a lo largo de sus 135 años de existencia. La última de esas modificaciones, fruto de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar4, contempla desde 2010 un nuevo modelo de enseñanza militar que comprende, junto con la formación castrense general y específica de los oficiales, la correspondiente a un título universitario oficial que, en el caso del Ejército de Tierra, es el Grado de Ingeniería de Organización Industrial impartido por el Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza. La incorporación de los estudios universitarios a la enseñanza militar ha sido, quizá, la más disruptiva de las transformaciones pedagógicas experimentadas por la General a lo largo de su historia. Esta ha estado motivada tanto por la necesidad de culminar la integración de los estudios militares en el sistema educativo español y, por extensión, europeo —iniciada con la reforma que se introduce en la Ley 17/1989, de 20 de julio, Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional5, y que se consolida en la Ley 17/1999, de 18 de mayo, del Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas6— como por la exigencia de capacitar convenientemente a los futuros oficiales para preservar nuestra seguridad en un entorno cada vez más globalizado y multicultural, tecnificado y cambiante. En este contexto, la recién adquirida condición universitaria de los cadetes, lejos de desgastar o menoscabar su vocación militar, la ha apuntalado aún más, al proveerlos para desempeñar sus primeros empleos —caracterizados por un alto componente educativo—, de una sólida preparación intelectual, que suma a las destrezas y competencias adquiridas tradicionalmente en la instrucción militar —tales como el espíritu de liderazgo, el trabajo en equipo o la agilidad y pericia en la toma de decisiones— otras igualmente necesarias para el ejercicio de la profesión militar en las unidades y en las operaciones en el exterior, como el juicio o pensamiento crítico, la búsqueda y selección de la información, la capacidad de análisis, síntesis, abstracción y resolución de problemas, la creatividad o la competencia comunicativa e idiomática. Desde esta perspectiva, la disrupción provocada por la implantación del denominado Plan de Bolonia7 en la enseñanza militar de formación ha sido más formal que nuclear. Ha cambiado el sistema de selección e ingreso de los alumnos, se han actualizado una vez más los contenidos y las metodologías de los estudios impartidos


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