Acto de Entrega de Reales Despachos de Teniente en el Patio de Armas de la AGM grupo de hombres y mujeres y liderarlos en el día a día, la instrucción, los ejercicios tácticos y, eventualmente, el combate si fuera necesario. Respecto a este extremo, citaré a otro soldado antiguo con muchos años de servicio, oficial del que oí estas palabras: «La mejor escuela de mando de este Ejército son sus unidades». A mi modo de ver, la gran verdad implícita en esta aseveración es que las unidades aportan aquello que nunca podrá aportar un centro de formación: experiencia. Es la conjunción de la formación recibida en las academias y la experiencia obtenida en las unidades la que genera buenos mandos: una no puede lograr este resultado sin ayuda de la otra. Es teniendo en mente esta realidad que uno comprende, a base del día a día y de ir acumulando experiencia en el mando, el auténtico porqué de muchos aspectos de la formación recibida, a los que uno no encuentra sentido a priori. De este modo, uno comprende el auténtico sentido de esas marchas agotadoras, ejercicios tácticos eternos y largas jornadas en el campo 92 REVISTA EJÉRCITO • N. 915 JUNIO • 2017 cuando se encuentra en la tesitura de estar al mando de la sección y sometido a las mismas inclemencias que sus soldados. En esas situaciones los mandos deben erigirse como bastiones psicológicos de la unidad, liderando mediante el ejemplo y manteniendo la moral. Ese teniente, que después de una agotadora marcha aún tiene la entereza de mirar a los ojos a cada uno de sus hombres, comprobar si solo están cansados o alguno está realmente a punto de desfallecer. Ese sargento, que después de horas de fortificación del terreno bajo una intensa y fría lluvia, con todo el mundo calado hasta los huesos y absolutamente embarrado, todavía es capaz de esbozarle una sonrisa a su pelotón recordando aquella anécdota o aquel comentario gracioso. No es hasta que uno se encuentra en estas tesituras cuando realmente comprende la magnitud de la importancia de la dureza de la formación. Las interminables horas de estudio, miles de páginas de apuntes, cientos de problemas complejos por resolver, ya fueran ininteligibles
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 915
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