LA MORAL MILITAR DE LOS SOLDADOS ESPAÑOLES… 231 que reflejaban el tipo de razonamientos que acompañaron a las guerras coloniales, extraordinariamente simples, volcados en un elemental nacionalismo español y en referencias épicas a la historia de España, así como a la unidad indestructible de la patria, de la que formaban parte las colonias. No faltan alusiones al valor, de los soldados y del ejército, que serían los factores decisivos en la resolución de la contienda, incluso cuando comenzó la guerra Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 231-234. ISSN: 0482-5748 con los Estados Unidos. Completan el cuadro que permiten valorar la moral de los soldados otras dos circunstancias: las concretas experiencias militares y la verosímil conformación ideológica de quienes marcharon a las colonias. Respecto a lo primero, y al margen de que algunos soldados hubieron de conocer duros enfrentamientos, buena parte de ellos relatan penosas condiciones de vida, con apuros que conocen ya en el viaje; altos precios y retrasos en la percepción de la soldada; comida a veces deficiente; el cansancio derivado de las marchas y contramarchas; y la experiencia de la enfermedad, sufrida en carne propia o por sus conocidos. Desde punto de vista de la ideología de los soldados, no cabe suponer una estricta formación al respecto, con planteamientos bien estructurados que permitiesen comprender desde una óptica propia los sucesos bélicos, alternativa a la militar. Sin embargo, debe señalarse que los soldados de Baracaldo procedían de una zona que se entiende era reticente a la guerra, sobre todo en virtud de la propaganda socialista. De hecho, las autoridades militares eran conscientes de esta circunstancia, como hemos podido comprobar al analizar el conato de amotinamiento que se produjo en Santander en octubre de 1897. De entrada, y sin más investigaciones, el mando ordenó aislar a los reclutas provenientes de “las Provincias Vascongadas y Navarra”, a los que evidentemente atribuiría una conciencia específica respecto a la guerra. Estas son las variables en las que hay que contextualizar las referencias de las cartas de los soldados que pueden considerarse reflejo de su moral militar. En conjunto, puede afirmarse que se caracterizó por la aceptación, pocas veces entusiasta, del servicio militar en la guerra, por mucho que a veces se considerase fruto de la “mala suerte”. No encontramos en ningún caso críticas rotundas al ejército. Ciertamente, los soldados cuyas cartas estudiamos procedían de un ámbito que en 1897 era receloso con la contienda, si bien centraba sus críticas no propiamente la guerra sino la injusticia social que implicaba la redención a metálico. Pues bien: la compartiesen o no, los soldados baracaldeses que escribieron las cartas que hemos estudiado, no transmiten tal animadversión al ejército, contra lo que cabría suponer a partir de la prensa
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