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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

CARLOS PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO rey Felipe v a través de Andrés del Pez. En él daba cuenta de las circunstancias de su institución y de los objetivos perseguidos con su fundación, a los que ya se ha hecho alusión: acoger a lo más granado de la juventud noble de España para, evitando la ociosidad, procurarle «la virtud, las ciencias, y la gloria». Sin embargo, el propio Patiño reconoce que no se habían cumplido al ciento por ciento las finalidades propuestas. Ello era así a pesar de que, como señalaba el intendente, «se juzgó a propósito poner unos Governadores Militares suficientemente autorizados que cuidasen de la execucion de los preceptos de disciplina de soldados, colegiales, o seminaristas, o académicos que se les impusieron». Además, se les había concedido desde el principio «el uniforme y privilegios de la Milicia, sin que nada de esto entre sí se opusiese ni al rigor de la educación ni a la precisión de aprender ni a la práctica de los exercicios». Puestas las bases, sin embargo, la situación fue muy distinta, tal y como describe Patiño, quien se lamenta de ciertas disfunciones que ha advertido: «En fin, los realces y distinciones que se concedieron a este Cuerpo fueron correspondientes al lustre de los individuos que le componían porque parecio conveniente y lo hubiera sido seguramente si instruidos sus Gefes del funcionamiento que tuvieron hubiesen aplicadose a que no se apartasen de el, y hecho seguir y observar rigorosamente las reglas que se les dieron; pero bien sea por que sus talentos no pudieron bastantemente comprehenderlo, o por no tener la entereza que requiere semejante encargo reconoci quando ultimamente bolvi a este Puerto… » (14). Patiño repartía culpas entre los superiores de los cadetes ―a los que acusaba de no haber sabido mantener la disciplina, quizá porque el encargo les había venido grande― y algunos de los propios cadetes, a los que el ardor de su juventud y su condición nobiliaria habían impedido por momentos acomodarse a la dura vida de la mar. Pero si demoledora había sido esta primera impresión, aún más contundente se mostraba José Patiño en posteriores líneas de su informe, donde menciona la falta de autoridad de los comandantes como principal causa de lo sucedido: «A este extravio que dexó este Cuerpo informe ha sido consiguiente que los que han hecho viage en las diferentes Esquadras y Navios sueltos que en quatro años se han despachado han procedido con la mayor tibieza no aplicándose a cosa alguna de lo que les está prevenido no sin culpa de los Comandantes de los vageles que estándoles estrechamente encargado el cuidado de que les distribuyan el tiempo en todo lo que (…) el Pilotage, Maniobra y Artilleria; de nada menos han cuidado que de hacerlo executar…» (14)  Copia del Informe que hizo a S.M. D. José Patiño en 1720 sobre la fundación y progreso de la Compañía de Guardiamarinas. AMN, Ms. 580. Otro ejemplar en AMN, Ms. 1468, ff. 176-180. 26 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 137


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