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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

INSTRUCCIONES FUNDACIONALES DE LA ACADEMIA DE GUARDIAMARINAS... ce que el propio Patiño elaboró de la gestión realizada tras los tres primeros años, no queda sino estudiar la relación de cadetes a los que se formó asiento en su año inaugural, 1717. Al tomar este año como referencia, por otro lado inexcusable, se ha querido dar una visión general, pero a la vez precisa, de las condiciones personales de los cadetes aspirantes a guardiamarina que, como se va a ver a continuación, cumplieron efectivamente los requisitos de nobleza y juventud exigidos para su ingreso. En el manuscrito 1072 del Archivo del Museo Naval de Madrid se encuentra el siguiente libro: «Compañía de Guardias marinas. Libro matriz de Guardia Marinas». A razón de uno por folio, se incluyen todos los cadetes a los que se formó asiento a partir del 7 de febrero de 1717, jornada de ingreso de la que podríamos denominar la primera promoción de guardiamarinas en Cádiz. tal y como se disponía en la instrucción de abril de 1718, el aspirante a ingresar debía tener la condición de hijodalgo. Aunque con alguna excepción, todos cumplieron este requisito mínimo de nobleza, por parte de padre, de madre o, en algún caso, por ambas líneas. Cabe citar, solo a título de ejemplo, a Juan de Egues, «hijo del marqués de Camponuevo», a quien se formó asiento el 1 de abril, procedente de Cádiz; o a Manuel de Carvajal y Mendoza, también natural de Cádiz, hijo legítimo de don Diego Cavallero, de la Orden de Santiago, quien ingresó el 8 de abril. En algunos casos, los propios aspirantes ostentaban la condición de miembros de distintas órdenes militares, como las de Santiago o San Juan de Jerusalén. tal es el caso de Diego Pabón, caballero de la Orden de San Juan; de Francisco Pabón, de la de San Juan, y de Gaspar Coronel y Heredia, de la de Santiago, los tres admitidos a principios de abril. también hubo ejemplos de aspirantes que ostentaban título nobiliario por herencia, como Alonso de la Rosa, conde de vegaflorido, quien formó asiento el 18 de septiembre. En caso de carecer de notoria hidalguía, se exigió al aspirante, como se ha visto, cuando menos ser hijo de capitán, circunstancia que acreditaron, entre otros, Juan Francisco de Herrera, a quien se le formó asiento el 5 de abril de 1717, hijo de un capitán de Infantería que era a la vez caballero de Santiago; Alonso Guerra, quien ingresó el 8 de abril y era hijo del capitán de «Cavallos » Gabriel Guerra; Joseph Forniella, hijo legítimo del capitán de «Cavallos D. Joseph», al que se formó asiento el 9 de abril; Martín de Zevallos, hijo legítimo del coronel de Dragones don Pedro, que ingresó el día 11 del mismo mes; o Francisco de Sales, hijo legítimo del «Capitán de Ynfanteria D. Diego de Sales», a quien se formó asiento el 27 de mayo. En alguna ocasión, sin embargo, el aspirante acreditó la condición de hijo de «funcionario», como fue el caso de Pedro de valcárcel, hijo de Juan de valcárcel, «del Consejo de SM su regente de la Real Audiencia de valencia», quien entendemos era hijo de un consejero de Castilla y, por tanto, con nobleza probada por parte de padre. El otro requisito imprescindible, el de la juventud (tener entre doce y dieciocho años), se cumplió en casi todos los casos, siendo la franja de edad más frecuente la situada entre los catorce y los diecisiete años. No obstante se Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 29


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