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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

GUADALUPE, 1496: UN ASALTO ANFIBIO PIONERO Y SU ECO EN LA CARTA A... el relato de la batalla no parece haber circulado por escrito en los años inmediatamente posteriores a los hechos, pues en otro caso Pietro Martire lo habría recogido en sus Decade. Existe una vía de transmisión más sencilla y lógica: el propio Américo vespucio. En efecto, es muy probable que el florentino se entrevistase con Colón poco después del regreso de este a Andalucía en junio de 1496, es decir pocos meses después de la batalla de Guadalupe. vespucio llevaba unos años trabajando junto a Juanoto Berardi, el factor de Cristóbal Colón en Sevilla, y en 1495-1496 los dos socios habían armado cuatro naves para enviar provisiones al Almirante en La Española. Berardi murió en diciembre de 1495, y en su testamento nombró a vespucio albacea junto a su otro colaborador principal, Girolamo Rufaldi. En particular, Berardi encomendó a vespucio y a Rufaldi que cobrasen una cantidad importante que le adeudaba Colón y que confiasen al Almirante el cuidado de su hija (25). No existe constancia segura del paradero de vespucio desde principios de febrero de 1496, cuando se encontraba en Sanlúcar de Barrameda despidiendo la flotilla de cuatro naves. Es probable que regresase a Sevilla poco después en compañía de Antonio de torres (26). tras el naufragio de las cuatro naves, y la consiguiente ruina económica de la casa Berardi, vespucio pudo tratar de enrolarse en la armada siguiente, la capitaneada por Peralonso Niño, que ya se mencionó en la sección precedente; o bien consagrarse a recuperar deudas y esquivar acreedores, como parece haber hecho Rufaldi (27). Cualquiera de esas dos opciones le habría llevado a encontrarse con Colón ya que, cuando el Almirante arribó a Cádiz en junio de 1496, se encontró en el puerto justamente con la armada de Niño; así que, si vespucio se contaba entre los tripulantes o pasajeros, vería en la ciudad gaditana a los retornados de La Española, de boca de quienes oiría la historia de la batalla de Guadalupe. Si, por el contrario, vespucio seguía en Sevilla, ocupado, como Rufaldi, en hacer cumplir el testamento de Berardi, sin duda se apresuraría a encontrarse con Colón, que era uno de sus mayo- (25)  testamento (sic) de Juanoto Berardi. Sevilla, 15 de diciembre de 1495. Documento conservado en el Archivo de la Casa de Alba y que, a pesar del título que se le ha impuesto, no es el testamento sino un codicilo, ya que el propio texto afirma que el testamento había sido otorgado el día anterior. transcrito en PÉREZ DE tUDELA, doc. 320. (26)  ROBLES MACíAS. (27)  AGS, RGS, leg. 149603, f. 112. Comisión al conde de Cifuentes, asistente de Sevilla, a petición de Juan de Escalante, cambiador en esa ciudad, y de Jerónimo Rufaldi, «mercader senes estante en la dicha çibdad», en nombre de los hijos y herederos de Ambrosio Espanoche y la compañía de valencia, sobre las muchas deudas que no pueden cobrar. tortosa, 29 de marzo de 1496. Ibídem, leg. 149706-314. Comisión a Juan de Silva, conde de Cifuentes, para que determine en la demanda de Bartolomé Marchioni, mercader florentino y residente en Lisboa, a quien debía cierta cantidad Juanoto Bernardi, también mercader florentino. Muerto este, aquel pensaba cobrar de Alonso de Lugo, gobernador de la «Palma» de tenerife, a cuenta de una deuda que tenía con el difunto desde el tiempo de la conquista de la isla de la Palma, pero el poderhabiente de dicho Juanoto, Jerónimo Rufaldi, hizo cuentas engañosas con intención de no pagar al primero. valladolid, 24 de junio de 1497. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 55


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