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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

GUADALUPE, 1496: UN ASALTO ANFIBIO PIONERO Y SU ECO EN LA CARTA A... premeditada, motivada por la escasez de provisiones a bordo de las carabelas de Colón, y que se saldó con victoria castellana. Un precedente directo de la batalla de Guadalupe parece haber ocurrido en mayo de 1494 en Jamaica. Del cotejo de varias fuentes se concluye que en esta ocasión los descubridores castellanos al mando de Colón instalaron bombardas en sus lanchas y las dispararon contra los indígenas que pretendían impedir su desembarco. De haber sido así, constituiría el primer caso documentado de asalto anfibio con apoyo artillero naval de toda la historia. Las fuentes colombinas (Hernando Colón y Bartolomé de Las Casas) narran la batalla de Guadalupe de manera relativamente completa, pero se diría que contenienen algunas incoherencias y ambigüedades. El combate se omite en otras fuentes contemporáneas, como las Decade de Pietro Martire o las cartas del propio Almirante. Creemos haber demostrado que el relato de la batalla de Guadalupe aparece en una fuente hasta ahora pasada por alto: la Lettera a Soderini, publicada en nombre de Américo vespucio, la cual sin embargo sitúa el combate en una isla llamada Iti hacia 1498. Esta fuente vespucciana rellena algunas de las lagunas dejadas por las fuentes colombinas respecto de la batalla en cuestión. Y así, la Carta precisa el uso de la artillería, que fue instalada en las lanchas de desembarco de manera similar a como se hizo en la batalla de Jamaica de 1494 ―detalle que sí recogió correctamente un cronista posterior, Antonio de Herrera―. Resultan también más coherentes tanto la táctica inicial de los caribes como las diferentes fases de la batalla. Si bien la artillería contribuyó a ahuyentar a los indígenas de la playa, los castellanos solo alcanzaron la victoria final cuando trabaron combate cuerpo a cuerpo y pudieron usar sus armas y protecciones de acero. De las diferentes versiones en las que ha llegado hasta nosotros la Lettera, la del Códice Amoretti es la que proporciona más detalles sobre la batalla de Iti/Guadalupe. Además, curiosamente este manuscrito es la única versión que contiene una anomalía de estilo que sugiere que el autor original del relato de la batalla pudo haberlo escrito en tercera persona, trasladando la información recibida quizá de algún testigo presencial. Son datos a tener en cuenta en el futuro a la hora de insertar el Manuscrito Amoretti en el árbol genealógico de la Lettera a Soderini. Se ha mostrado también que es muy probable que Américo vespucio se entrevistase con Colón en junio de 1496, justo después del regreso de este a Andalucía. vespucio debió de escuchar el relato de la batalla de Guadalupe, bien del propio Almirante, bien de alguno de los que participaron en ella. Conocida la afición epistolar del florentino, no es de extrañar que pusiese el relato por escrito y lo enviase por carta a algún destinatario, el cual, pasados los años, lo reciclaría para añadirlo a un nuevo éxito editorial a mayor gloria de vespucio, haciéndolo partícipe de la batalla y tergiversando la fecha y el nombre de la isla. En conclusión, la identificación del relato vespucciano de la batalla de Iti con la batalla real de Guadalupe, en la que es absolutamente seguro que Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 57


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