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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

UNA FRAGATA DE LA REAL COMPAÑÍA DE FILIPINAS EN EL OCASO DE UN .... llegase con dichos caudales a Manila cuanto antes». Latre se encontraba, en consecuencia, en una difícil encrucijada. El oscense decidió finalmente asumir los riesgos (68). Así, el 23 de diciembre embocaba el estrecho de San Bernardino. Su pasaje tampoco sería placentero: chubascos, aguaceros, vientos variables. Sin embargo, en esta ocasión contaría con un aliado imprescindible que le permitiría atravesarlo en cuarenta y ocho horas, navegando incluso de noche: el plano que hicieron de él las corbetas Descubierta y Atrevida (69). Por fin, tras muchas penurias y 161 días de navegación, el 26 de diciembre entraban en la bahía de Cavite (70). Latre había desobedecido abiertamente las instrucciones de su superior pero, a cambio, había realizado toda una proeza náutica contra la opinión de los más expertos, cartografiado el providencial refugio de Sisirán y procurado mucha mayor rentabilidad para la Compañía de Filipinas en una expedición que amenazaba seriamente con transformarse en un fiasco. Si el naufragio de la Ferroleña era la cruz de la moneda, la impensada hazaña de la Santo Domingo de la Calzada representaba la cara. El regreso a Europa El inicio del regreso no se demoró en exceso. El 14 de febrero de 1803 largaba velas desde Manila en dirección a la Península (71). La derrota era «en derechura», siguiendo la ruta del cabo de Buena Esperanza, como ordenaban las directrices de la Compañía. Navegó en dirección oessuroeste en busca de los hitos que fueran conduciendo a la nave al estrecho de Sonda. No iba a ser una navegación sencilla: «Ya por este paraje nos empezaron las calmas y vientos muy flojos, y las corrientes empezaron a causar en el barco bastante impresión». El avance se ralentizó en extremo, obligando a Latre a tomar todo tipo de precauciones por hallarse en una zona plagada de bajíos (72). El calvario de las encalmadas se inició hacia el 2 de marzo y no terminó hasta el 21 (68)  Ibídem. «Me levé inmediatamente sin aguardar al referido piloto práctico y aunque los vientos duros del N. y su gruesa marejada me hicieron invertir 15 días de continuo trabajo, tendiendo espías y ejecutando cuanto el arte marinero me sugirió por entonces, en cuyo intermedio sufrí crueles vahídos en los que perdí dos anclas y un anclote, conseguí por fin zafarme del mencionado puerto el 16 de diciembre». (69)  Ibídem. «No tuve embarazo de arrojarme a navegar con mucha vela de noche y con suficiente confianza en el plano referido, lo que me sirvió para atravesar todo este peligroso estrecho en el término de 48 horas». (70)  AGI, Filipinas 990. El 27 de diciembre, según él mismo en su Memorial de servicios…, AHPBu, Archivos Privados 2. (71)  AGI, Filipinas 990. El 16 de febrero o el 20 de febrero, según él mismo en Extracto del Diario…, AMN, Ms. 577, doc. 2, o en su Memorial de servicios…, AHPBu, Archivos Privados 2. (72)  tan tediosa y complicada resultó que Latre decidió consignar en su extracto las «singladuras contadas de 24 horas (…) por ser la navegación que sigue de cuidado y fastidiosa por los muchos bajos y contrariedades de vientos». AMN, Ms. 577, doc. 2. Extracto del Diario… Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 95


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