Editorial El helicóptero en el Ejército del Aire Pasado, presente y futuro Desde que a mediados de la década de los 50 España recibiese sus primeros helicópteros, el Ejército del Aire ha tenido asignadas tres misiones de manera prácticamente exclusiva: la enseñanza en vuelo para obtener la habilitación para operar estas aeronaves, la búsqueda y salvamento aéreos, y el transporte de autoridades nacionales y extranjeras que requiriesen desplazamientos en este tipo de aeronaves. De los resultados de esta asignación de misiones son testigos, entre otros, prácticamente todos los pilotos militares españoles de helicópteros, y cientos de personas, españolas o no, que sobre tierra o sobre la mar, vieron llegar alivio desde el aire a situaciones desesperadas por aeronaves que lucían en su fuselaje las siglas “SAR”. A lo largo de todas estas décadas las aeronaves han cambiado, pero las misiones han permanecido inalterables en lo fundamental, variando únicamente los medios y las técnicas para llevarlas a cabo, lo que ha requerido una permanente actualización del material y del personal. Con la participación del Ejército del Aire en misiones en el exterior, las Unidades de helicópteros han podido dar muestra de su preparación en entornos tan distintos como los Balcanes o Afganistán, necesitando tan sólo cambios en las aeronaves para hacer frente a la amenaza previsible y alcanzando en ambos casos un éxito incontestable. Las aeronaves con las que ha contado el Ejército del Aire para llevar a cabo las misiones asignadas han sido siempre similares a las de Fuerzas Aéreas comparables. La llegada del NH-90 no hará más que incrementar nuestras capacidades para seguir cumpliendo nuestras tradicionales misiones. Somos un ejército fácil y rápidamente proyectable, lo que implica que podemos actuar allí donde nos lo permita el alcance de nuestras aeronaves, y razones de todo tipo pueden llevar a que nuestro personal se encuentre aislado de fuerzas amigas en situaciones comprometidas. En tanto no se encuentre otro medio efectivo de ayuda a este personal, los helicópteros del Ejército del Aire serán los encargados de abrirse camino, con oposición o no, normalmente con apoyo de otros medios aéreos, hasta estos compañeros y ponerlos a salvo. Para hacerlo con éxito se llevan preparando nuestras Unidades de helicópteros desde hace años. El futuro del helicóptero en el Ejército del Aire es incuestionable; como ya se ha mencionado, cambiará el material, pero las misiones permanecerán inalterables. La búsqueda y rescate en accidentes aéreos, así como el auxilio a compatriotas o aliados que se encuentren en una difícil situación lejos de nuestras fronteras, hacen que el disponer de helicópteros y tripulaciones entrenadas en el Ejército del Aire, sea una necesidad permanente. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2017 531
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