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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 865

En busca de la tecnología MANUEL MONTES PALACIO EN MUCHAS OCASIONES, LA DIFERENCIA ENTRE UNA MISIÓN VIABLE Y OTRA QUE NO LO ES RADICA SIMPLEMENTE EN LA EXISTENCIA O AUSENCIA DE LA TECNOLOGÍA ADECUADA PARA ELLA. PODRÍA PENSARSE QUE PROPONER UNA NUEVA INICIATIVA ESPACIAL O TENER UNA BUENA IDEA AL RESPECTO IMPLICA DE INMEDIATO SU ACEPTACIÓN SI HAY DINERO SUFICIENTE PARA PONERLA EN MARCHA. PERO NO SON POCAS LAS MISIONES QUE, INCLUSO DESPUÉS DE HABER SIDO INICIADO SU DESARROLLO HAN TENIDO QUE SER CANCELADAS DEBIDO AL AUMENTO EN LOS COSTES QUE HA IMPLICADO LA APARICIÓN DE INESPERADAS COMPLICACIONES TÉCNICAS. PROGRAMAS COMO LOS CONOCIDOS X-33 Y X-34, QUE DEBÍAN SER EL FUTURO DEL TRANSPORTE ESPACIAL, FUERON DEJADOS DE LADO POR PARTE DE LA NASA, TRAS MUCHOS MESES DE TRABAJO, ANTE LA AUSENCIA DE LA TECNOLOGÍA ADECUADA PARA HACERLOS REALIDAD CON UN COSTE RAZONABLE. EN VISTA DE ESAS DESAGRADABLES EXPERIENCIAS, LAS AGENCIAS ESPACIALES ESTÁN INICIANDO UN CADA VEZ MAYOR NÚMERO DE PEQUEÑOS PROGRAMAS DE DEMOSTRACIÓN, LOS CUALES BUSCAN RESOLVER PROBLEMAS CUYA SOLUCIÓN HARÁ VIABLES FUTURAS MISIONES MUCHO MÁS AMBICIOSAS La NASA, en particular, dispone de un programa específico dedicado a avanzar en la tecnología de base que permita afrontar con garantías de éxito los retos de la astronáutica del futuro, bautizando con el nombre de Technology Demonstration Missions (Misiones de Demostración de Tecnología) a todas aquellas que se engloban en este ámbito en particular. A pesar de su carácter técnico, algunos de sus logros han llegado a los medios de comunicación por su espectacularidad. Tender puentes: ese era el objetivo de las misiones de demostración (TDM) realizadas hasta ahora y seguirá siéndolo para aquellas que se llevarán a término futuramente. Puentes entre las necesidades y los medios disponibles, aplicándose ello no solo a cuestiones técnicas y de ingeniería, sino también a las científicas. En suma, se trata de encontrar soluciones revolucionarias a problemas complejos que de otro modo harían imposible llevar a cabo determinadas misiones. Muchas de estas últimas, planteadas inicialmente a grandes rasgos, no tienen constancia al principio de las verdaderas dificultades que se ocultan en pos de determinadas metas y que las harán irrealizables, tras desperdiciar mucho dinero. Por eso, las misiones TDM, aprobadas bajo un estricto escrutinio, son configuradas para hacer realidad otras en el futuro, beneficiando tanto a las misiones espaciales comerciales como a las gubernamentales. Su selección no es pues precisamente aleatoria. Se trata de hacer el mayor caso posible a las necesidades del “cliente”, para que la tecnología obtenida y probada pueda ser aprovechada cuanto antes. En función de la naturaleza de esa tecnología, las misiones de demostración podrán llevarse a cabo en el espacio, pero también en tierra, pues implicarán un amplio programa de ensayos de todo tipo. El resultado final: reducir el riesgo inherente de los ya de por sí complicados proyectos espaciales, y conseguir el máximo rendimiento de las inversiones realizadas en el espacio. Las misiones TDM están en marcha desde hace más de una década y algunas, de hecho, han concluido ya. Es el caso de la MISSE-X (Materials International Space Station Experiment X), que consistió en la instalación en el exterior de la estación espacial internacional de una serie de plataformas equipadas con soportes para ensayar la resistencia de diversos materiales al ambiente espacial. En el transcurso del tiempo en que estuvo operativo, desde 2001, el sistema probó unas 4.000 muestras de materiales diversos, incluyendo lubricantes, pinturas, tejidos, células solares, etc. Una vez examinados de nuevo en el laboratorio, los expertos han podido determinar si estos materiales avanzados pueden incorporarse a futuras naves espaciales y satélites, aumentando así su rendimiento y seguridad. Otra misión TDM ya completada fue la llamada ALHAT (Autonomous Landing and Hazard Avoidance Technology), dedicada a desarrollar tecnología que permita a futuras naves espaciales automáticas aterrizar en otros lugares del sistema solar, y ser capaces de reaccionar ante posibles peligros que dificulten la maniobra. Estas tecnologías deben saber reconocer la 612 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2017


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