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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 916

Washington y Pyongyang que se alinea con las intenciones de Seúl de «suspender» el programa norcoreano nuclear más que una desnuclearización completa6. Finalizado por el autor: 4 de junio de 2017 NOTAS 1  Zhen, Liu: «North Korea “seize moment” to test missile». Diplomacy and Defence. 14/5/2010 2  Vidal Liy: «Kim Jong-un aprueba el despliegue de un nuevo misil tras el último ensayo». El País. 22/5/2017 3  Starr, Barbara: «US successfully “intercept and destroys” target in missile test». CNN. 31/5/2017 4  Eckert, Carter: «South Korea’s Break with the Past». Foreign Affairs. 11/5/2010 5  HS Moon, Katharine: «Can South Korea’s new president make good on his promises?» Brookings. 26/5/2017 6 «Trump administration approves 4-point plant regarding N.Korea». Global Security.org. 26/5/2017 VIOLENCIA YIHADISTA EN FILIPINAS Carlos Echeverría Jesús. Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED La amenaza que el islamismo radical representa para la seguridad nacional de Filipinas viene de atrás en el tiempo, pero se ha intensificado exponencialmente a partir del verano de 2014 dinamizada por la creación del embrión califal por el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL, en adelante Estado Islámico), que ha insuflado aún más vigor a un activismo hasta entonces apoyado en actores locales más o menos conectados con Al Qaida. El telón de fondo de tal amenaza es el de los choques, desde antiguo, entre la mayoría católica y la minoría musulmana en distintos escenarios y momentos históricos, en un conflicto que ha provocado entre 100.000 y 150.000 muertos a lo largo de algo más de cuatro décadas. LA AMENAZA YIHADISTA: DE AL QAIDA AL ESTADO ISLÁMICO En el archipiélago filipino el islamismo radical penetró desde antiguo en la minoría musulmana, con su epicentro en la isla de Mindanao. El 100  REVISTA EJÉRCITO • N. 916 JULIO/AGOSTO • 2017 Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN), primero, y el grupo Abu Sayyaf como escisión propiciada por Al Qaida del anterior, después, han golpeado al Estado a través de sus servidores tanto civiles como militares y a la población en general con saña, llevando incluso a los EEUU a desplegar fuerzas de apoyo de forma permanente, en particular elementos de las Fuerzas Especiales encargados de reforzar los instrumentos locales de respuesta1. El FMLN firmó un acuerdo de paz con el Gobierno en 2014, y muchos de sus miembros habían abandonado sus filas ante tal actitud, considerada claudicante de sus dirigentes. Escisiones del FMLN son el susodicho Abu Sayyaf pero también el denominado Grupo de Liberación Islámica Bangsamoro o el Grupo Maute. Aunque este último asume últimamente el liderazgo en términos de letalidad del yihadismo en Filipinas ello no quiere decir que los demás grupos permanezcan inactivos: a título de ejemplo destaquemos que Abu Sayyaf asesinó por decapitación al rehén alemán de 70 años Juergen Kantner, a quien había secuestrado en noviembre de 2016, el pasado 27 de febrero2. Los yihadistas filipinos no han actuado solo en su suelo, sino que han proyectado su ideología y el letal activismo derivado de ella a países de la región. En 2013 un grupo de unos 200 yihadistas de la franquicia filipina de Al Qaida, el susodicho grupo Abu Sayyaf, penetraban en la región de Sabah, situada en la isla de Borneo, en territorio nacional de Malasia que los islamistas radicales consideran parte del antiguo Sultanato de Sulu y, por ello, tierra abonada para el Yihad guerrero. El 8 de junio nueve miembros de aquel grupo han sido condenados a morir en la horca por un tribunal de Kuala Lumpur3. En tiempos recientes la competencia entre Al Qaida y el EI también ha llegado a Filipinas, y cada vez son más los terroristas que actúan bajo el estandarte negro de Abu Bakr Al Bagdadi. A fines de abril de este año una ofensiva de tres días de duración del Ejército filipino provocaba 36 bajas en las filas de los terroristas en la isla meridional de Lanao del Sur4. La franquicia del EI en Filipinas es el susodicho Grupo Maute, que juró fidelidad al grupo de Al Bagdadi y al que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, en el poder desde 2016, se ha declarado dispuesto a


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