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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 916

condición de reservista voluntario de las Fuerzas Armadas, y en concreto en el apartado 9.2 de la última6), que es lo más frecuente entre estos aspirantes (verbigracia, que un aspirante a reservista voluntario médico sea seleccionado para una plaza de médico reservista voluntario, etc.), lo que lleva en la práctica a que no se realice en estos casos dicha formación militar específica. La ausencia de esta formación militar específica para los reservistas voluntarios de cuerpos comunes y para los escasos reservistas voluntarios que son seleccionados para una plaza directamente relacionada con su profesión civil se «compensa» (desde el punto de vista del afán de servir inherente a cualquier reservista) con la mayor probabilidad de ser activados (para prestar servicios y de mayor duración) en las diferentes unidades, centros y organismos respecto a aquellos en los que su plaza no está tan directamente relacionada con su profesión civil. Tras superar esta formación, firmar un compromiso inicial de tres años y jurar bandera, se obtiene la condición de reservista voluntario con los empleos de alférez o alférez de fragata, sargento y soldado o marinero, según la categoría a la que hayan accedido. Y, con este bagaje formativo, el reservista voluntario pasa a la situación de disponible, a la espera de la ansiada comunicación de su respectiva Subdelegación de Defensa, que le anuncie que ha sido seleccionado para activarse en cualquiera de las dos modalidades en que esta puede producirse: para formación o para prestar servicios. LA DURA REALIDAD: FORMACIÓN CONTINUADA Mantener y ampliar la formación militar recibida se consigue con los cursos de formación continuada y, principalmente, en las activaciones para prestación de servicios en las distintas unidades, centros y organismos. La crisis económica ha influido también en los planes anuales para activaciones de formación continuada y de prestación de servicios, lo que ha tenido como consecuencia directa la oferta de un menor número de plazas. Esta falta de activaciones tiene como efecto colateral cierta desmoralización generalizada entre los reservistas voluntarios, pues resulta duro 40  REVISTA EJÉRCITO • N. 916 JULIO/AGOSTO • 2017 contemplar el paso de los años sin ser activados, ya sea para prestar servicios en las unidades, centros y organismos o, cuanto menos, para realizar cursos de formación continuada, lo que conduce no solo a que los conocimientos iniciales se vayan difuminando sino que, a pesar de mantener el afán y la ilusión por servir a España, además de por medio del trabajo diario como miembro activado de las Fuerzas Armadas, se produce cierto choque con la propia concepción y realidad del reservismo en España7 . Por otra parte, resulta necesario recordar que la figura del reservista voluntario adquiere especial relevancia en el momento de su activación para servir en las unidades, centros y organismos (esa es su misma razón de ser) y, como se señala en el preámbulo de la Ley de la Carrera Militar, «la figura del reservista voluntario es de suma importancia en situaciones de crisis, en las que las necesidades de la defensa nacional no puedan ser atendidas por los efectivos militares profesionales, y serán los reservistas voluntarios y los de especial disponibilidad los primeros en incorporarse a las Fuerzas Armadas». Como profesionales y personas adultas, los reservistas voluntarios son conscientes de la realidad y de la trascendencia que supone, para uno mismo y para la sociedad a la que sirven, el hecho de ser reservista y de que exista la posibilidad de ser activados para contar con sus servicios, incluso en tiempo de crisis; y también son conscientes de lo imprescindible que resulta mantener e incrementar, en lo posible, la formación inicial adquirida como único medio de continuar en condiciones de ser útil a España en caso de activación. Ante esa dura realidad (y nadie que no esté dispuesto a afrontar la dureza de la realidad y la vida opta por ser reservista), y también siendo plenamente conscientes de las dificultades que existen para desarrollar un amplio plan de formación continuada que permita mantener a los reservistas voluntarios en las mejores condiciones que posibiliten su activación en un corto período de tiempo manteniendo el cien por cien de sus capacidades, con un fuerte sentimiento de humildad y desde esa iniciativa que anima a hacer más por España, se buscan soluciones imaginativas y factibles.


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