Parroquia de San Landelino. Empel nuevo. Retablo explicativo del milagro ocurrido la noche del 7/8 de diciembre de 1585 REVISTA EJÉRCITO • N. 916 JULIO/AGOSTO • 2017 87 SECCIONES FIJAS mando de la Academia de Infantería en Toledo. Una mañana, mientras se encontraba reunido, le avisaron de que tenía una llamada urgente. La insistencia de que se pusiera al teléfono y la sospecha de que algo grave pudiera justificarla hizo que abandonara la junta para atender la llamada. Empel existe, le comunicaba el teniente coronel de Infantería Fernando Moreno que se encontraba por entonces destinado en Bruselas. Durante una de sus incursiones «moteras» por la vecina Holanda hizo un alto para tomar un café. Al preguntar dónde se encontraba, cuál fue su sorpresa cuando le respondieron que en Empel, y para su asombro le explicaron que a unos metros de allí se hallaba una pequeña ermita conocida por los del lugar como «la del milagro de los españoles». Por fin Empel había dejado de ser un lugar imaginario, solo recordado en las efemérides del día de la Patrona de Infantería, para tener una ubicación exacta. El general Muro pronto contó con la entusiasta ayuda de militares y civiles, en particular la del coronel Gregorio Caballero que asumió el cometido de dar forma a una asociación que recogiera la memoria de Empel y la del Camino Español de los Tercios. Pocos meses después nacía la Asociación de Amigos del Camino Español de los Tercios, y ese mismo verano un centenar de militares y sus familias recorrían la legendaria ruta de Milán a Namur con el fin obligado en Empel. De nuevo cobraba vida aquella legendaria ruta terrestre creada en tiempos de Felipe II, obra maestra de la logística militar, que comenzaba en el Milanesado y, tras cruzar los Alpes por Saboya, recorría el Franco-Condado, Lorena, Luxemburgo, Lieja y acababa en Flandes. Cuatrocientos cuarenta años después, las Cruces de Borgoña recorrían la vieja Europa. La pequeña y tranquila ciudad holandesa, hoy casi un barrio de ´s-Hertogenbosch (Bolduque, para nuestros Tercios), pronto se llenó de la bulliciosa presencia española y con ella de todo tipo de recuerdos de nuestros tercios e infantería.
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 916
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