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REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JUL_2017

TEMAS PROFESIONALES de Irak y Afganistán. De forma genérica, al dominio marítimo se le puede aplicar la regla de «setenta, ochenta, noventa»: el 70 por 100 del planeta está formado por mares y océanos, el 80 por 100 de la población mundial se concentra en la zona litoral y el 90 por 100 del comercio mundial se desarrolla a través de las líneas de comunicación marítima. En este artículo se analiza, a modo subjetivo, la importancia del dominio marítimo en el marco geopolítico actual y su relevante papel en los conflictos futuros. Un dominio en evolución El siglo XXI comenzó con un gran optimismo, sustentado en ideas como el «aplanamiento del mundo» y «el final de la historia» que fueron proclamadas por pensadores como Friedman y Fukuyama sobre la base de que las divisiones históricas y geográficas eran irrelevantes, y que el libre mercado y el estilo de vida occidental marcaban el punto de destino de la evolución socio-cultural a nivel mundial. Tras haber alcanzado la segunda década del presente siglo, el mundo se muestra como más complejo, global y multipolar. Esta transformación está dominada por una miríada de dinámicas, algunas menos evidentes que otras y por lo tanto más difíciles de identificar correctamente. Esta evolución global representa desafíos que enfrentar, pero también oportunidades que explotar en el dominio marítimo. Fenómenos como la globalización, que fomenta el incremento de los flujos comerciales, así como el auge de una mayor competencia, influirán en la conformación de este dominio, en el que tendrán reflejo las tensiones entre actores estatales, pero también entre estos y los actores no estatales, fundamentalmente los de carácter violento. Los mares y océanos representan un desafío y una oportunidad en esta evolución para todos los actores concernidos, ya que constituyen una verdadera autopista para el comercio internacional. Además, solo un limitado número de países puede llevar a cabo operaciones militares en alta mar o proteger una flota mercante; flotas que normalmente navegan bajo pabellones de países que no disponen de esas capacidades militares, fenómeno que se extendió después de la Primera Guerra Mundial y que rompió el vínculo entre el Estado y la protección de los buques mercantes que databa de la época de la antigua Grecia (1). Esta vinculación significaba que poder naval, poder económico y capacidad marítima estaban unidos, relación que (1) Según datos de 2013, los dos países con mayor número de buques mercantes por tonelaje eran Grecia, con el 15,2 por 100 del total, y Japón, con un 13,9 por 100; y las tres principales compañías de transporte marítimo tienen su sede en Dinamarca (Maersk), Suiza (MSC) y Francia (Grupo CMA CGH). 136 Julio


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