Page 14

REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JUL_2017

TEMAS GENERALES mo —efectivos estos comprobados por la documentación recogida después de la batalla—. El esquema táctico de la defensa se apoyaba en una red de puntos fuertes distribuidos por toda la isla y orientados hacia el mar, todos ellos protegidos y artillados y entreverados con asentamientos de armas colectivas e individuales que entrecruzaban sus fuegos en apoyo mutuo. El armamento pesado en la isla se estimaba en unos diez cañones de artillería de costa de 203 mm —al parecer, procedentes de la conquista de Singapur—, una docena de piezas antiaéreas de grueso calibre y otras tantas de tipo medio, además de unos ochenta emplazamientos de cañones antilancha y unos cincuenta de ligeros y/o ametralladoras pesadas, amén de las armas propias de las unidades de Infantería. La isla no contaba con buques ni aviación propia por haber sido replegados a la base de Truk para preservarlos de una más que previsible destrucción en caso de ser atacados. Este esquema defensivo estaba complementado con todo tipo de obstáculos artificiales, tales como barricadas de troncos de palmera en la misma línea de marea y doble alambrada circundando la isla, además de campos de minas antipersonas y antivehículos. Cabe señalar que la mayor parte de las obras defensivas eran semienterradas, protegidas por hormigón y placas metálicas, careciendo de obras subterráneas propiamente dichas por la escasa elevación de la isla que, con sus escasos tres metros de cota, no las permitía, so pena de anegarse. Sobre el arrecife circundante se habían instalado también alambradas, obstáculos y minas antiembarcaciones para impedir o, cuando menos, retardar y canalizar su movimiento hacia zonas preestablecidas, donde se habían previsto concentraciones de fuego de todo tipo de armas. El plan de fuegos de la defensa se basaba en su aplicación escalonada en profundidad. Tenía como prioridad la destrucción de las fuerzas asaltantes cuando todavía estuviesen en el agua, por lo que deberían iniciarse en el momento en que entrasen dentro de la distancia de tiro eficaz de la artillería de grueso calibre para batir, preferentemente, los buques de transporte de tropas y los medios de desembarco. Después pasarían a concentrar los fuegos de todas las armas sobre los arrecifes y las playas de desembarco; se trataba de impedir, por todos los medios, que las tropas alcanzasen la costa y, en su caso, proceder a su expulsión mediante contraataques sobre las cabezas de playa que hubieran podido establecerse. El Mando de la guarnición, contralmirante Shibazaki, consideraba a esta isla la mejor defendida del Pacífico por su organización defensiva y que, en sus palabras, «haría falta un millón de soldados atacando durante cien años para conquistarla», aunque también intuía que al constituir la parte más alejada del anillo de defensa tan solo podría confiar en sus propias fuerzas y medios, sin esperanza de recibir refuerzos o acciones auxiliadoras en el caso de que los asaltantes llegasen a poner el pie en tierra, como así sucedió; de ahí que hubiese cifrado que su única oportunidad estaría en impedir a toda costa su desembarco. 2017 13


REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JUL_2017
To see the actual publication please follow the link above