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España. De esta manera, con la llegada de los Borbones al trono de España, nacía una nueva escuela de formación para los oficiales de la Marina de Guerra, al tiempo que se creaba una nueva Armada. Se trataba de una escuela en la que a la formación militar y marinera se unía la científica y académica, por la que llegaron a los futuros oficiales de la Armada las corrientes ilustradas de la época, que ya estaban muy extendidas por otros rincones de Europa. En febrero de 1717 ya habían sido admitidos los 37 primeros alumnos. La mayor parte de ellos eran vascos, que embarcaron en Pasajes en los navíos San Luis, San Fernando, San Pedro y San Juan Bautista y llegaron a Cádiz el 13 de mayo. Y dos años después, en 1719, el zar Pedro I envió a la nueva escuela 22 alumnos rusos para formar a la gente de su país en las artes de la mar. La creación de la Compañía de Guardiamarinas supuso un gran cambio en la formación de los futuros oficiales de la Armada con respecto al sistema que hasta entonces habían seguido los reyes de la Casa de Austria, que era una formación puramente cortesana. Con la Casa de Borbón se adoptó una formación científica y matemática en las aulas, alternada con prácticas a bordo de los barcos. A la nueva escuela podían acceder jóvenes guardias marinas de 14 a 16 años procedentes de familias nobles, y en ella estudiaban diferentes disciplinas que iban a ser de utilidad en su futura vida en la mar a bordo de barcos de guerra: artillería, cosmografía, fortificación, geometría, matemáticas, náutica y trigonometría. Realizaban prácticas de armamento, artillería, construcción naval y maniobra. Y completaban su formación con clases de danza, esgrima e idiomas. Al principio, los guardias marinas estudiaban en las aulas para recibir una sólida formación teórica. Al aprobar los correspondientes exámenes, pasaban a efectuar un período de prácticas en los barcos, tras el cual tenían que pasar por nuevas pruebas para seguir adelante con su formación hasta conseguir la graduación como oficiales. Era un sistema un tanto revolucionario, diferente del adoptado por otros países, ya que combinaba el sistema de la enseñanza solo en las aulas, seguido en Francia, con el seguido por ingleses Jorge Juan fue capitán de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz. Sello emitido el 28 de mayo de 1974. y holandeses, que se basaba en la práctica y en la formación a bordo. Y al frente de sus designios se encontraron destacados oficiales, entre ellos Jorge Juan, que fue nombrado capitán de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz en el año 1751, y fue motivo de dos sellos españoles, uno emitido el 28 de mayo de 1974, y el otro puesto en circulación el 24 de septiembre de 2004. Vicisitudes de la Compañía de Guardiamarinas En el desempeño de sus cometidos a lo largo del tiempo, la Compañía de Guardiamarinas sufrió muchos cambios y modificaciones para adaptarse a las épocas que le tocó vivir, y se vio obligada a soportar los vaivenes de la política y de la sociedad de cada momento. Uno de los primeros cambios tuvo lugar el 15 de noviembre de 1769, en que mudó su emplazamiento a la Isla de León, en San Fernando, para alejar a los alumnos del bullicio de la capital y mejorar su rendimiento. El 13 de agosto de 1776 se aprobó el establecimiento de dos nuevas Compañías de Guardiamarinas en Ferrol y Cartagena, subordinadas a la de Cádiz. El director de la de Cádiz, que en un principio era jefe de escuadra, se denominaba capitán-comandante, mientras los directores de las de Ferrol y Cartagena eran capitanes de navío. Para dar comienzo a sus estudios en las nuevas escuelas, el 25 de febrero de 1777 se dispone que LA MAR EN LA FILATELIA 160 Julio


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