Page 93

REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JUL_2017

TEMAS PROFESIONALES perteneciente al Ejército del Aire, pero el mal estado de la mar llevó al cable de la grúa a enredarse en el palo del velero, por lo que el piloto lo cortó y tuvo que regresar a la base, no sin antes solicitar un relevo. Debido a cuestiones de mantenimiento, resultó que el SAR no tenía otro helicóptero disponible, así que hubo que enviar al SH-3D. El rescate se realizó 40 millas al norte de la isla de Mahón en medio de un furioso temporal. Se salvó a un matrimonio y a su hijo menor de edad, aunque antes de la llegada del helicóptero una ola barrió de la cubierta a un cuarto náufrago que no apareció. El 5 de diciembre de 1986 la fragata Santa María pasaba la primera OVAF en Ferrol, por lo que un AB-212 se había trasladado a La Graña a preparar un pequeño programa de adiestramiento para el personal de la Unidad de Buceo. Durante el destacamento, el helicóptero tuvo que ser movilizado en auxilio de la tripulación del buque de carga Casón, que se encontraba incendiado y al garete a diez millas escasas de Finisterre. Afortunadamente, dos componentes de la Unidad de Buceo se incorporaron para apoyar al buceador de rescate de dotación. De madrugada, una vez sobre la posición, la imagen era dantesca: el mercante embarcaba tal cantidad de agua que la cubierta desaparecía de la vista, barrida por el oleaje. Las condiciones meteorológicas eran las propias de un fuerte temporal del NW: horizontes cubiertos, nubes muy bajas, pésima visibilidad y un viento de mil demonios. Recuperar los cadáveres que se encontraban en el agua fue difícil y muy peligroso, sobre todo para los rescatadores, que se movían de un lado a otro al compás de las olas. Contaba el piloto que una vez a bordo los cadáveres ocupaban todo el espacio, incluido el asiento del radarista, salpicada la cabina del helicóptero al completo por el tinte color naranja del indicador de posición de los náufragos. Uno de la dotación le comunicó por el interfono: «¡Mi oficial, mi oficial, me está entrando fatiga!». El piloto que llevaba poco tiempo en Andalucía y desconocía la acepción andaluza de la palabra «fatiga», le respondió bromeando para distender la situación: ¡Cómo vas a estar fatigado si acabamos de empezar!, a lo que el nadador contestó: «Fatiga de esa no, mi oficial. Fatiga de vomitar». Misiones de oportunidad desde la mar También providenciales fueron las misiones de rescate efectuadas por helicópteros embarcados, dado que tuvieron lugar en posiciones donde no había otros operativos cercanos, por lo que de no estar en la zona el buque de la Armada la emergencia podría haber tenido un final diferente. Así, el 8 de diciembre de 1978, el costero español Gaby embarrancaba en el bajo de las Quebrantas, cerca de Santander, a 100 metros de la costa y sometido a fuertes olas que rompían sobre su costado, haciendo que el salvamento desde tierra o desde embarcaciones fuera poco menos que imposible. A bordo, siete tripulan- 92 Julio


REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JUL_2017
To see the actual publication please follow the link above