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REVISTA HISTORIA NAVAL 138

UNA FRAGATA DE LA REAL COMPAÑÍA DE FILIPINAS EN EL OCASO DE UN... del lamentable estado en que había llegado al puerto platino la Santo Domingo, el propio capitán, Juan de Latre, en carta fechada el 19 de noviembre recomendaba que la fragata se vendiese y que, con el beneficio de esta venta y del de su carga, se adquiriese otro buque: «Considerado el mal estado de la fragata Santo Domingo, lo costoso de su rehabilitación en este país por la escasez de pertrechos navales, carestía de jornales y malísimos operarios, podía ser más conveniente, si a VV.SS. les parece bien, comprar una de las fragatas mencionadas, que podría verificarse con menos dinero de el (sic) que se sacará de la venta de este último y de lo que se gastaría en su carena, si se tratase de hacerla, pues aunque tengo dicho a VV.SS. que si la paz se hiciese prontamente saldría para España sin tocar a los palos, como no hay por ahora semejantes apariencias y el tiempo se va pasando, será preciso muy en breve echar los palos en tierra antes que interne más la pudrición para hacer el reconocimiento que a VV.SS. he referido, y si la pieza madre resulta dañada, será en este país muy costoso el hacer los palos nuevos. Ya tengo dicho en la relación de mi viaje lo que ha padecido la fragata, y pueden VV.SS. inferir lo que se gastaría en ella si se habilitase como se debe para otras expediciones» (74). Por si estos argumentos fueran insuficientes, añadía el de los problemas estructurales de fábrica que había detectado en la embarcación: «… prescindiendo todavía de el (sic) defecto que tiene el buque en su construcción por lo sencillo y poco ligado en todas sus partes para resistir tan tormentosas expediciones ». Y, en un alarde de realismo, aseguraba que los 17.000 reales presupuestados difícilmente serían suficientes para completar la obra: «... no se hace mención en el presupuesto del propao del castillo, trancaniles del pasamano, Bobadilla de popa, lo mismo que de las batayolas de toldilla y botavara de cangreja que es preciso componerlos a más de otra curva a proa para la sujeción de la cuerda maestra que como tengo dicho a VV.SS. se desmintió de la toda de 3 a 4 pulgadas: en esta inteligencia no debe dudarse que serían muy crecidos los gastos de la habilitación del Santo Domingo para emprender nuevo viaje hacia la China y que los 17.000 pesos que supone el ingeniero no bastarían de modo alguno para verificar el presupuesto por lo caro del maderamen, herraje y jornales de sus malos operarios, según informan los prácticos de este país en estas materias» (75). No hay constancia de que la Compañía se pronunciase al respecto. A la incomunicación derivada del desastre de Trafalgar se unió pronto una amenaza más directa para la Santo Domingo: las invasiones inglesas. Y, llegados justo a este momento, regresamos al punto de partida de este artículo: el nimio papel jugado por la Marina durante la defensa de Montevideo en febrero de 1807, fragata Santo Domingo de la Calzada incluida. ¿Cuál fue su destino una vez consumada la conquista? (74)  AHPBu, Archivos privados 2. Latre a los directores, 19 de noviembre de 1805. (75)  Ibídem, 23 de noviembre de 1805. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 25


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