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REVISTA HISTORIA NAVAL 138

LAS GALERAS DE CARTAGENA DE INDIAS (1578-1624) má, así de lo precedido de almojarifazgos, alcabalas u oficios vendidos, como del oro que se baja de Zaragoza en Nuevo Reino de Granada» (64). En 1608 se advierte un ímpetu sin precedentes con miras a la recuperación de las galeras. Se nombró como cabo a Francisco Vanegas; se propuso asignar un asesor letrado que lo acompañara (65); se estudió que los oficios de proveedor y tenedor de bastimentos fueran desempeñados por dos personas distintas (66); y se hicieron grandes esfuerzos para suplir de forzados a las embarcaciones, con vistas a lo cual se enviaron sendas cédulas al virrey del Perú (67) y a las Audiencias de Quito (68) y Charcas (69). Como solo se contaba con cuarenta soldados, en la flota siguiente se enviaron ciento sesenta más. Referente al situado, se expresó que estaba empeñado y, que entre 1599 y 1603, solo había prestado servicio una galera (la costeada por los vecinos), pues su compañera había sido desmantelada; sólo se consignó la mitad del situado (70). Es también un factor a tener en cuenta que el proyecto defensivo dirigido por los Antonelli inició su construcción en la ciudad durante la primera década del siglo XVII. Sin embargo, fue complicada su aplicación debido al coste de realizar fortificaciones en piedra coralina en una región donde la cantería escaseaba, los cimientos no eran firmes y las constantes tormentas deterioraban los avances. ¿Cómo afectó entonces la disposición de financiar el desarrollo de fortificaciones a la escuadra de Tierra Firme? Sabemos que las rentas decrecían a ojos vistas y que se dependía cada vez más de los auxilios y préstamos de particulares. Para agosto de 1608, una cédula enviada al gobernador y a los oficiales de las galeras daba cuenta de que a los tripulantes se les adeudaban cuatro años de sueldos y raciones. La razón era que «mucha parte» del situado debía destinarse a la fortificación de la ciudad y a la cura de los forzados en las labores de fábrica, en especial los empleados en la tala, a los que la desprotección frente a los constantes aguaceros hacía pasto de la enfermedad. También debieron proveerse barcas y canoas con las velas, jarcias, cadenas, pernos y otros elementos de las galeras (71). Pudo ser entonces la aplicación de la traza italiana una de las razones por las que las galeras perdieron capacidad de acción. Esto plantea una serie de interrogantes sobre la manera en que se efectuó este proceso de edificación: si (64)  Ib., Real cédula los oficiales de las galeras, 10 de octubre de 1604. (65)  Ib., Real cédula a Diego Fernández de Velazco, gobernador de Cartagena, 27 de junio de 1608. (66)  Ib., Real cédula al gobernador de Cartagena, 27 de junio de 1608. (67)  Ib., Real cédula al Virrey de Perú, Audiencia y alcaldes de crimen, 27 de junio de 1608. (68)  Ib., Real cédula a la Audiencia de Quito, 27 de junio de 1608. (69)  Ib., Real cédula a la Audiencia de Charcas, 27 de junio de 1608. (70)  Ib., Real cédula al gobernador de Cartagena, Cabo de las galeras y oficiales reales, 27 de junio de 1608. (71)  Ib., Real cédula al gobernador de Cartagena y oficiales de las galeras, 20 de agosto de 1608. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 39


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