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REVISTA HISTORIA NAVAL 138

ANTONIO TOLL Y BERNARDET: ¿CORSARIO O COMERCIANTE? EL NACIMIENTO... A tenor de las afirmaciones del mismo Toll, y tomando en cuenta que Pinedo redactó su informe en 1872, se podría considerar que estamos ante una construcción retrospectiva de los hechos sucedidos en 1814, a los que el mencionado Pinedo atribuye un carácter que no tuvieron o que, al menos, no se corresponde con lo consignado por el protagonista de los mismos en su diario y en su cuaderno de bitácora. La expresión «Bergantín español» parece apuntar a que el mismo Toll consideraba que las Provincias Unidas seguían estando bajo soberanía de la corona española, tomando en cuenta que no había existido una declaración formal de independencia respecto de la metrópoli. Laurio Destéfani afirma en este sentido que, quizá a causa de que un sector de la élite continuaba escudándose en el nombre de Fernando VII, todavía había quien pensaba que los nuevos gobiernos americanos no pasaban de ser meras juntas, a semejanza de las constituidas en España. No obstante, no existe ninguna mención explícita de Fernando VII por parte de Toll, aunque Pinedo inserte en el informe en cuestión un presunto fragmento del diario de aquel que reza: «En el día número 10 de septiembre de la Santísima Trinidad, salgo del puerto de Buenos Aires en el bergantín español de Su Majestad el Rey Fernando, llamado El Palomo, alias El Primero». La expedición Según se mencionó anteriormente, el bergantín Primero zarpó de Buenos Aires el 10 de septiembre de 1814, armado con catorce cañones y con una tripulación de 78 hombres. Tanta artillería no deja de resultar llamativa para una misión presuntamente comercial. El diario de navegación, al cual hemos tenido acceso, proporciona una descripción detallada de los sucesos ocurridos en el trayecto de ida y en el de vuelta. Hacia el 3 de octubre de ese año arribó al archipiélago de Tristán da Cunha, a fin de abastecerse de agua y víveres. Allí encontró cuatro náufragos, tres ingleses ―a uno de los cuales, enfermo, se llevó consigo― y uno natural de la isla de Elba, con los que intercambió camisas, pañuelos, medias, galletas, libros, gacetas y ron a cambio de batatas, cueros de lobos y elefantes marinos, gallinas, repollos y quesos. A mediados de mes dobló el cabo de Buena Esperanza, pasando varias leguas al sur del mismo. Entre los días 24 y 25 de octubre avistó un banco de ballenas. Siguiendo a Vázquez Rivarola, esta anotación se haría con la mira puesta en futuras expediciones comerciales. Hacia el 5 de diciembre arribó a la isla de Sumatra, actualmente en Indonesia, donde se abasteció de agua y cocos. Durante los siguientes días, luego de que mencionara un paso por las islas Cocos (presumiblemente, las que se encuentran en la actual Birmania), siguió el contorno del archipiélago Nias, paralelo a Sumatra y, en su recorrido hacia el norte, el del archipiélago de Andamán, donde estuvo cerca de encallar, en la isla Grande Andamán. El 18 Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 91


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