Existía, por otra parte, una importante corriente de opinión en el seno del Alto Mando alemán que propugnaba en aquel momento la amenaza directa a Petrogrado (6) o a otros puertos clave como medio de obligar a Rusia a finalizar la guerra, empleando el poder naval y combinando estos movimientos con el avance hacia el norte del experimentado 8º Ejército, cosa que esperaban hiciera saltar todo el sistema defensivo naval del golfo de Finlandia. Para todo ello era menester tomar las islas que dominan la entrada al golfo de Riga, por lo menos Ösel, y limpiar de minas los estrechos de Irben y Moon, defendidos por poderosas baterías de costa, y enfrentarse a la flota rusa del golfo de Riga. Además, la Marina de Guerra alemana necesitaba acción, ya que la larga permanencia en puerto desde Jutlandia (mayo de 1916) hacía que se resintiera su moral y existía TEMAS GENERALES General Oskar von Hutier, comandante del 8.º Ejército. el peligro de que fuera presa de las ideas revolucionarias, como ya había sucedido en Rusia. Los rusos, que eran muy conscientes de ese peligro, sobre todo desde el abortado intento alemán de tomar Arensburg en 1915 o sondear sus defensas en 1916, habían ido artillando las islas a conciencia desde el inicio de la guerra (7), sembrado profusamente de minas sus estrechos y aumentado notablemente las guarniciones. Se había establecido un mando único en la posi- (6) El nuevo nombre dado a San Petersburgo al caer la monarquía. (7) La artillería de costa corría a cargo de la Marina de Guerra. Podía batir no solo el frente de mar, sino también el de tierra, con sectores de tiro de 360º. 454 Octubre
REVISTA GENERAL DE MARINA OCT 2017
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