Y siguiendo el firme propósito de buscar la máxima sencillez expositiva posible, nosotros vamos a tomar como modelo la anatomía de una estrella de mar, que es la criatura que reúne con mayor claridad todos los rasgos característicos de los equinodermos y de la que con facilidad podremos deducir, aunque con cierta ayuda de la varita mágica y los polvos de la madre Celestina, que los erizos, las holoturias and company no son otra cosa RuMBO A LA VIDA MARINA Cada brazo, como expansiones corporales de la estrella que son, contiene su parte alícuota del aparato acuífero, del sistema nervioso, del aparato digestivo, del esqueleto interno, de las gónadas (muy patentes en los erizos). (Fuente: Internet). que unas estrellas modificadas y unificadas en un revelador parecido, aunque al primer vistazo estos bichos nos parezcan más distintos entre ellos que un huevo y una castaña. Por lo pronto, lo primero que salta a la vista es que las estrellas tienen cinco brazos (en algunas especies tropicales este número puede aumentar, aunque siempre en múltiplos de cinco, agrupados en torno de un disco central y que , por tanto, su simetría es claramente radial (su imagen se repite cinco veces tomando sus cinco brazos como ejes de simetría). Pero, ¡oh, sorpresa!, en los textos más puristas e incluso en el esquema al que tantas veces nos hemos referido, resulta que los equinodermos se incluyen, a veces con terca obstinación, dentro de los animales con simetría bilateral, cuando la evidencia se empeña en demostrarnos lo contrario, pues a nuestros ojos se presentan claramente radiados. Ya lo decía la señorita Libbie: estos bichos lo único que quieren es confundirnos, darnos el latazo. Pues a ver, que no cunda el pánico y vayamos por partes: recordará el lector que hace unos meses asignábamos en exclusiva la simetría radial a los Cnidarios (pólipos, corales y medusas). En ellos ser radial era sinónimo de «anticuado » porque estaban lejos de alcanzar el gran avance operativo que suponía la bilateralidad o plan organizativo del cuerpo en dos mitades idénticas y simétricas especularmente por medio de un solo eje de simetría longitudinal, que se legaría al resto de los sucesivos animales que irían apareciendo en la escala evolutiva —incluidos nosotros mismos—, con su capacidad de orientar el cuerpo gracias a tener cabeza donde alojar un cerebro, y con ella un delante y un detrás, y con ello un arriba y un abajo, un lado derecho y otro izquierdo, etc., lo que no se cumple en la mayor parte de los equinodermos y cuya gran aplicación sería, nada más y nada menos, que la certera ubicación de los animales en el espacio para moverse libremente en cualquier dirección elegida, fuese en el 488 Octubre
REVISTA GENERAL DE MARINA OCT 2017
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